NICOSIA.- Miles de estudiantes y cientos de trabajadores bancarios protestaban
el martes en la capital de Chipre, Nicosia, mientras los bancos
permanecían cerrados para evitar una fuga de capitales después de que la
isla mediterránea acordara un doloroso rescate para sortear la
bancarrota.
El presidente del mayor banco comercial de Chipre ofreció su
renuncia después de que se designara a un administrador general al cual
debía informar y que dirigirá el banco, que está siendo reestructurado
como parte del programa para rescatar el sistema financiero del país.
Los bancos de Chipre recibieron la orden que permanecer cerrados
hasta el jueves, e incluso entonces se impondrán controles de capitales
para evitar que los ahorradores retiren todos sus fondos.
Chipre se habría enfrentado a la bancarrota y la posible salida
de la zona euro sin un pacto de rescate con los acreedores
internacionales. Ahora que se ha alcanzado un acuerdo, se enfrenta a
pérdidas de empleos y una contracción económica.
En tanto, el ministro de Finanzas, Michael Sarris, dijo que no se
está contemplando una salida del euro y destacó que semejante decisión
sería desastrosa para la isla.
"La salida de Chipre de la zona euro, que significaría la salida
de la Unión Europea, sería desastrosa, política y económicamente. No
queremos siquiera contemplar esa situación", señaló Sarris ante
periodistas.
Un testigo estimó que hasta unos 3.000 estudiantes de
secundaria protestaban fuera del Parlamento, la primera expresión
considerable de indignación popular después de que Chipre acordara el
rescate de 10.000 millones de euros con la Unión Europea.
"Ellos simplemente nos despojaron de todos nuestros sueños, todo
por lo que hemos trabajado, todo lo que hemos logrado hasta ahora, lo
que nuestros padres han logrado", dijo un estudiante.
Fuera del banco central, unos 200 empleados del mayor prestamista
comercial del país, el Banco de Chipre, exigían la renuncia del
gobernador de la entidad y coreaban "deshonra".
"Estamos asustados. Estábamos tan orgullosos del Banco de Chipre.
Trabajábamos con mucho amor, no sólo por el dinero", afirmó una
trabajadora.
El presidente del Banco de Chipre, Andreas Artemis, quien se
halló en el centro de la turbulencia financiera que sacude la isla
mediterránea, ofreció su dimisión el martes, dijo una fuente del banco.
"Envió una carta de renuncia esta mañana que será examinada por
la Junta de Directores que se reúne esta tarde", dijo la fuente
bancaria, que habló bajo condición de anonimato.
Dinos Christofides, contable y banquero, dijo que había sido nombrado administrador al mando del Banco de Chipre.
"Significa que desde ahora y hasta nuevo aviso yo dirigiré el
banco. Podría ser a corto plazo (...) o podría ser por más tiempo",
sostuvo.
Después de volver de unas tensas negociaciones en Bruselas, el
presidente Nicos Anastasiades dijo el lunes por la noche que el rescate
acordado durante la madrugada era "doloroso" pero esencial para evitar
un colapso económico.
Acordó cerrar el segundo mayor banco del país, el Banco Popular
de Chipre, e infligir fuertes pérdidas a los grandes depositantes,
muchos de ellos rusos, después de que el enorme sector financiero
chipriota empezara a sufrir problemas por su exposición a la deuda de la
vecina Grecia.
Los líderes europeos dijeron que se ha evitado una caótica
bancarrota nacional que podría haber sacado a Chipre del euro y alterar
la economía europea, aunque los inversores en otros bancos europeos
están alarmados por el precedente de pérdidas para los depositantes en
Chipre.
"El acuerdo que alcanzamos es difícil pero, teniendo en cuenta
las circunstancias, es el mejor que podríamos haber logrado", dijo
Anastasiades el lunes por la mañana en un discurso a la nación emitido
por televisión.
Sarris dijo que los controles de capitales para evitar grandes salidas de dinero probablemente duren "una cuestión de semanas".
El rescate protege a los depósitos garantizados por el Estado de
hasta 100.000 euros, revirtiendo un acuerdo previo que habría impuesto
un gravamen a los pequeños y grandes ahorradores, algo que había
enfurecido a los chipriotas y que fue vetado por el Parlamento.
Pero muchos chipriotas dicen que no se sienten seguros con el
nuevo acuerdo, y se espera que acudan a los bancos en su reapertura tras
un cierre que comenzó hace una semana.
Revocando una decisión previa de comenzar a abrir algunos bancos
el martes, el banco central dijo a última hora del lunes que no se
abrirán hasta el jueves para asegurar el buen funcionamiento del sistema
bancario.
Se sabe poco sobre las restricciones a las transacciones
bancarias que Anastasiades dijo que se impondrían, pero el presidente
dijo a los chipriotas: "Les quiero asegurar que esta será una medida muy
temporal que será relajada gradualmente".
Los controles, que impiden que la gente saque sus fondos del
país, entran en conflicto con los ideales de la Unión Europea de un
mercado común, pero el Gobierno podría temer una oleada de pánico que
causaría incluso más problemas a la economía.
El banco central ha impuesto un límite de 100 euros por día a las
retiradas de los cajeros automáticos de los dos mayores bancos.
Sin un acuerdo para el lunes por la noche, el sistema bancario de
Chipre habría colapsado y el país podría haberse convertido en el
primero en salir del bloque monetario debido a un desplome financiero.
Alemania y otros acreedores del norte parecen dispuestos a que
Chipre, una nación que supone sólo una fracción minúscula de la economía
europea y cuyos bancos estaban sobredimensionados, afronte ese destino.
El plan implica la descomposición del Banco Popular de Chipre,
conocido como Laiki y principalmente en manos estatales, y pasará los
depósitos inferiores a los 100.000 euros al Banco de Chipre, para crear
un "banco bueno", dejando los problemas en el "banco malo".
Los depósitos mayores a 100.000 euros en ambos bancos, que bajo
la ley de la UE no están asegurados, serán congelados y utilizados para
resolver deudas del Laiki y recapitalizar al Banco de Chipre con una
conversión de depósitos a acciones.
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