sábado, 20 de abril de 2013

Alberto Garzón: «La corrupción es el lubricante del capitalismo»

IBIZA.- «¿Se pueden construir aeropuertos sin aviones?», pregunta Alberto Garzón, diputado de Izquierda Unida en el Congreso, a las cerca de 200 personas que llenaron el auditorio del Club Diario de Ibiza. Un «no» general recorre la sala. «Si pensáis eso es que no sois constructores, si lo fuerais pensaríais que sí se puede», continúa el político, provocando las risas entre el público que asiste a la conferencia ‘La gran estafa. ¿Quién es el ladrón y quién el robado en esta película?’, que se celebró anoche. Este de los aeropuertos fue el ejemplo más claro que el economista puso sobre la corrupción durante la algo más de una hora que duró la charla.

«La corrupción es el lubricante del capitalismo», insistió el diputado, que afirmó que las instituciones «promueven la corrupción». Por este motivo defendió la creación de nuevas instituciones, pero que esta creación debe surgir «desde abajo».
Garzón calificó el Parlamento español de «teatro de sombras» ya que, aseguró, «no decide cosas importantes» algo que, apuntó, hacen instituciones económicas «a las que nadie ha votado». «La democracia implica sobre qué se puede votar», declaró, recordando, a este respecto, la respuesta que el diputado popular Martínez Pujalte dio a las 101 enmiendas que presentaron los partidos políticos sobre el banco malo: «Nos dijo que no se aprobaría ninguna porque con la troika [Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea] no se puede negociar, solo impone». «Pero a la troika no la hemos votado», insistió. «Aún será verdad lo que decían los anarquistas: si votar sirviera de algo, no nos dejarían votar», ironizó.
En este sentido, destacó la práctica inexistencia de referéndums en la historia democrática española. «El poder no es lo mismo que el gobierno. Votamos al gobierno, pero el poder está en otro lado», afirmó, refiriéndose claramente al poder económico. «Mario Draghi destroza las economías del sur de Europa y nadie puede votarle», insistió Alberto Garzón, que como ejemplo de esa situación puso al excandidato socialista Joaquín Almunia: «Perdió las elecciones y ahora manda más que Rajoy».
El diputado de IU cargó con dureza contra la Unión Europea durante toda la charla y acusó a Alemania de hundir la economía española a conciencia, para mantener la suya. «A Alemania no le interesaba que España se modernizase», añadió el economista. «Vinieron y pensaron: ‘¿Qué tenéis? Sol y playa, pues sois un país de camareros’», ironizó el conferenciante, quien señaló que esta desindustrialización del país hizo que España buscara la riqueza en la construcción. 
Garzón también aseguró que al país que dirige Merkel le interesa el rescate de España porque el dinero que recibieran los bancos españoles serviría para pagar la deuda que estos tienen con los bancos alemanes.
Garzón explicó que en estos momentos se está empobreciendo la población española para que la producción sea más barata y poder competir con otros mercados. «El objetivo es bajar los salarios para crear un nuevo sistema de crecimiento económico», apuntó. El economista se refirió al «modelo chino», pero recordó que para mantener ese modelo de producción hace falta también una sociedad «en la que sobren los derechos laborales». 
Con este panorama, el diputado de IU lamentó la situación de la juventud española: «Nos habían vendido un cuento de hadas: estudia, ve a la universidad y tendrás un trabajo y vivirás mejor que tus padres. Ya nadie se cree ese cuento de hadas».
Garzón utilizó una fábula sobre una rana hervida para explicar lo que está pasando en España con los salarios y las condiciones laborales. «Si metes a una rana en una olla de agua hirviendo, al tocar el agua saltará y se escapará», explicó. «Si pones a la rana en una olla con agua fría, enciendes el fuego y la vas calentando poco a poco, la rana se irá adaptando a la temperatura y acabará muriendo hervida», continuó el diputado. 
Garzón aseguró que esto mismo es lo que ocurriría en España si un día el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, anunciara una bajada general de un 20 por ciento en los salarios de los españoles. «La gente se le echaría encima, saltaría de la olla», afirmó. «Nosotros somos la rana», continuó el político, que señaló que la olla con agua a buena temperatura en la que la rana acaba hervida es la reforma laboral «que permite que el empresario negocie las condiciones y bajar el sueldo un 20%».

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