MADRID.- Hoy ‘El Mundo’ se hace eco de la destrucción de los discos duros de los
ordenadores de Luis Bárcenas llevada a cabo por el PP para recordar las
similitudes de esta polémica con el ‘Watergate’. Asimismo, en su
editorial, el diario de Pedro J. Ramírez recrimina a Génova no estar
“interesado en colaborar con la Justicia” con un borrado de información
“crucial” en la investigación.
“Por si faltaba algo, el ‘caso Bárcenas’ ya tiene su episodio de destrucción de documentos”. Así empieza hoy el editorial de ‘El Mundo’ titulado ‘¿Sólo destrucción de discos duros o también de pruebas?’ en el que aprovecha la destrucción de estos discos duros para recordar los 18 minutos y medio de conversación grabada entre el presidente Nixon y su jefe de gabinete, Bob Haldeman, que desaparecieron “accidentalmente” de la Casa Blanca tres días después del asalto al hotel del mismo nombre.
Para este periódico, la Audiencia Nacional “constató ayer la manipulación y la desaparición de archivos de los dos ordenadores que utilizaba Luis Bárcenas para su trabajo”, unos datos con los que el juez Pablo Ruz quería cotejar con los ‘papeles’ de Bárcenas que entregó en un pen drive.
Estos archivos eliminados son, según ‘El Mundo’, “una prueba fundamental” para dilucidar la veracidad de las acusaciones y comprobar la existencia o no de una contabilidad B en el partido, pero “sorprendentemente” en uno de los ordenadores se había borrado toda la información y el otro se envió a la Audiencia sin el disco duro.
Tras escuchar las explicaciones del PP, Pedro J. traslada a Génova que “debería informar al juez del contenido de los discos y de quién cotejó que guardaban datos personales”. Incluso, “tendría que haber conservado una copia para que éste lo pudiera comprobar”. Y es que, da la casualidad, recuerda este editorial, que estos documentos fueron destruidos en abril, justo cuando un juzgado de Madrid archivó la denuncia de Bárcenas contra el partido por un delito contra la intimidad al entrar en su despacho de Génova. Asimismo, en esas fechas el juez Ruz ya se había hecho con la investigación tras su disputa con Gómez Bermúdez.
“¿Cómo es posible que el PP quisiera borrar datos que le podían servir como pruebas de la deslealtad de Bárcenas con el partido y de su conducta delictiva?”, se pregunta este diario que remarca que esta acción “da a entender que, como mínimo, el PP no está interesado en colaborar con la Justicia”.
Asimismo, advierte que “en el supuesto que los datos eliminados fuesen propiedad del PP –como todo parece indicar–, el partido se enfrenta a las posibles imputaciones de encubrimiento, complicidad, obstrucción a la justicia o desobediencia a la autoridad judicial. Son palabras mayores”, ya que si esta información eliminada trataba de la contabilidad del PP “nadie duda de que el contenido de los archivos que han desaparecido era ‘relevante”.
Tras todo esto, el periódico de Pedro J. insiste en que los populares deberán “dar muchas explicaciones al juez. Y la primera es contestar a esta pregunta, ¿se abrieron los archivos antes de destruir los discos duros?”.
“Por si faltaba algo, el ‘caso Bárcenas’ ya tiene su episodio de destrucción de documentos”. Así empieza hoy el editorial de ‘El Mundo’ titulado ‘¿Sólo destrucción de discos duros o también de pruebas?’ en el que aprovecha la destrucción de estos discos duros para recordar los 18 minutos y medio de conversación grabada entre el presidente Nixon y su jefe de gabinete, Bob Haldeman, que desaparecieron “accidentalmente” de la Casa Blanca tres días después del asalto al hotel del mismo nombre.
Para este periódico, la Audiencia Nacional “constató ayer la manipulación y la desaparición de archivos de los dos ordenadores que utilizaba Luis Bárcenas para su trabajo”, unos datos con los que el juez Pablo Ruz quería cotejar con los ‘papeles’ de Bárcenas que entregó en un pen drive.
Estos archivos eliminados son, según ‘El Mundo’, “una prueba fundamental” para dilucidar la veracidad de las acusaciones y comprobar la existencia o no de una contabilidad B en el partido, pero “sorprendentemente” en uno de los ordenadores se había borrado toda la información y el otro se envió a la Audiencia sin el disco duro.
Tras escuchar las explicaciones del PP, Pedro J. traslada a Génova que “debería informar al juez del contenido de los discos y de quién cotejó que guardaban datos personales”. Incluso, “tendría que haber conservado una copia para que éste lo pudiera comprobar”. Y es que, da la casualidad, recuerda este editorial, que estos documentos fueron destruidos en abril, justo cuando un juzgado de Madrid archivó la denuncia de Bárcenas contra el partido por un delito contra la intimidad al entrar en su despacho de Génova. Asimismo, en esas fechas el juez Ruz ya se había hecho con la investigación tras su disputa con Gómez Bermúdez.
“¿Cómo es posible que el PP quisiera borrar datos que le podían servir como pruebas de la deslealtad de Bárcenas con el partido y de su conducta delictiva?”, se pregunta este diario que remarca que esta acción “da a entender que, como mínimo, el PP no está interesado en colaborar con la Justicia”.
Asimismo, advierte que “en el supuesto que los datos eliminados fuesen propiedad del PP –como todo parece indicar–, el partido se enfrenta a las posibles imputaciones de encubrimiento, complicidad, obstrucción a la justicia o desobediencia a la autoridad judicial. Son palabras mayores”, ya que si esta información eliminada trataba de la contabilidad del PP “nadie duda de que el contenido de los archivos que han desaparecido era ‘relevante”.
Tras todo esto, el periódico de Pedro J. insiste en que los populares deberán “dar muchas explicaciones al juez. Y la primera es contestar a esta pregunta, ¿se abrieron los archivos antes de destruir los discos duros?”.
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