MADRID.- Miles de españoles desfilaban el lunes por la capilla ardiente del primer presidente de la Transición, Adolfo Suárez,
fallecido el domingo a los 81 años, en medio de una avalancha de
homenajes y reconocimientos a uno de los principales artífices del paso
de la dictadura a la democracia.
En una imagen inusual, los Reyes de España y los cuatro presidentes
vivos de los últimos 40 años, así como políticos de todo el arco
parlamentario, presentaron sus respetos a Suárez, cuyo féretro estaba
cubierto con la bandera nacional, en el Salón de los Pasos Perdidos del
Congreso de los Diputados.
El ataúd llegó a la sede parlamentaria a las 10 de la mañana y entró
en el Congreso por la puerta principal, la de los Leones, en silencio, a
hombros de militares, solo con un redoble de tambores, y seguido de su
familia.
A la izquierda de la escalinata de entrada se encontraban el actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy,
y los presidentes de las dos Cámaras, mientras que a la derecha se
situaron los otros tres dirigentes de la democracia: Felipe González,
José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
"Fue un grande, que tomen medidas y le copien muchos de los que hay
ahora", dijo en Radio Nacional de España un hombre que hacía cola en el
exterior del edificio, reflejando la admiración de muchos ciudadanos
hacia un político que ayudó a convertir a España en una democracia
moderna tras 40 años de franquismo.
"Adiós al mito de la Transición" en el diario El Mundo o "El
forjador de la democracia", en El País, son algunos ejemplos de las
despedidas que publican en portada todos los medios de comunicación como
homenaje a una figura muy discutida en sus cuatro años al frente del
Gobierno pero que ganó reconocimiento con los años.
El Rey, considerado principal artífice de la unión de las "dos
Españas" tras la muerte de Franco en 1975, acudió a la capilla ardiente
acompañado de la Reina y la infanta Elena para despedir a su amigo,
después de dedicarle un mensaje de despedida televisado, al igual que
hizo el presidente Rajoy.
Suárez murió el domingo en una clínica madrileña por el
empeoramiento de una enfermedad neurológica que padecía desde hace más
de una década, según anunció el portavoz de la familia.
El político conservador - doctor en derecho - fue elegido en 1976
por el rey Juan Carlos I para presidir el Gobierno que convocaría las
primeras elecciones democráticas en España en casi 50 años, y de cuyo
Parlamento salió la Constitución española de 1978, una de las más
longevas de la historia de España.
"El dolor no es obstáculo para recordar y valorar uno de los
capítulos más brillantes de la historia de España, la Transición que
protagonizada por el pueblo español impulsamos Adolfo y yo junto con un
excepcional grupo de personas de diferentes ideologías unidos por una
gran generosidad y un alto sentido del patriotismo", dijo el Rey en su
discurso del domingo.
Numerosos actos oficiales fueron suspendidos en el primero de los
tres días de luto que concluirán con un funeral de Estado en la catedral
de La Almudena en Madrid el próximo lunes.
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