MADRID.- El eurodiputado de IU Willy Meyer ha presentado este miércoles su dimisión tras conocerse que el fondo voluntario de pensiones del Parlamento Europeo que tenía estaba vinculado a una Sicav en Luxemburgo y después de que este martes se diera de baja de dicho fondo de pensiones europeo.
En
una rueda de prensa convocada en la sede de IU de manera urgente, Meyer
ha anunciado que renuncia a su acta de diputado en el Parlamento
europeo y a sus cargos ejecutivos en IU porque desea ser "ejemplar" y es
necesario "actuar con coherencia" y despejar la duda que se ha generado
sobre su desconocimiento de que el fondo estaba vinculado a una Sicav.
Tras negar haber recibido presiones por parte de la dirección de IU para presentar su dimisión, ha asegurado que "es una decisión muy meditada"
y que ha tomado "pensando exclusivamente" en los afiliados de esta
formación y en la organización de IU porque "vienen tiempos electorales
muy importantes" y no quiere "distorsionar" la atención.
Ha jugado
con las reglas del capitalismo, las mismas que tanto ha criticado desde
su atalaya de Izquierda Unida, y al final a Willy Meyer le ha costado
el escaño en Europa en el que llevaba diez años y en el que estaba a
punto de sentarse para un tercer mandato.
Pero por "coherencia y ética",
Meyer ha anunciado hoy que dimitía y lo ha hecho con un gesto -ha
dicho- con el que no pretendía dar lecciones a nadie, pero dejando claro
que "tampoco nadie" puede dar lecciones a IU.
El fondo voluntario
de pensiones vinculado a una Sociedad de Inversión de Capital Variable
(Sicav), lo que él ha asegurado desconocer por completo, ha cortado una
dilatada carrera en Europa, que concluye hoy sin tan siquiera haber
podido disfrutar en Bruselas de los buenos resultados electorales que
han permitido a IU pasar de dos a seis eurodiputados.
Meyer, con un perfil muy de partido,
era sin duda el hombre de Cayo Lara en Bruselas y logró liderar la
lista de IU por tercera vez al Parlamento Europeo pese a que algunos
sectores críticos, como el de Gaspar Llamazares, reclamaban caras
nuevas.
Arrastra una larga carrera política, pero si por algo es bien conocido Willy Meyer es por su activismo en el Sáhara
y por el pulso que ha mantenido con las autoridades marroquíes por el
referéndum de autodeterminación. Y es que han sido varias las veces que
en los últimos años ha sido expulsado del Sahara Occidental.
Pero
aparte de la causa saharaui, Meyer, que este verano cumple 62 años,
tenía otras batallas en la Eurocámara, sobre todo las que tenían que ver
con Latinoamérica, ya que, entre otros cargos, ha sido vicepresidente
de la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana (Eurolat). También ha
ejercido como vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores y del de
Peticiones.
Integrado en el grupo Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica
(GUE), este madrileño de nacimiento y andaluz de adopción, cuenta a sus
espaldas con una dilatada trayectoria política vinculada desde siempre a
Izquierda Unida y antes al PCE, una ideología que heredó de su padre y
su abuelo, de origen alemán.
Militante comunista desde 1970, con dieciocho años, Meyer puede contar que combatió la dictadura franquista y que por ello fue detenido y encarcelado en varias ocasiones hasta que, tras ser procesado por el régimen, se exilió a Londres dos años más tarde.
Regresó
en 1973, "obligado" por el servicio militar y sin haber podido terminar
la carrera de Económicas que había empezado en Madrid, y acabó en un
regimiento de castigo en Ciudad Real.
Su primer papel
institucional le llegó como concejal en el Ayuntamiento gaditano de
Sanlúcar de Barrameda, en 1987, y también como diputado autonómico en el Parlamento andaluz, entre 1987 y 1991.
Al
Congreso de los Diputados dio el salto en las elecciones de 1996,
cuando IU llegó con mucha fuerza tras haber conseguido veintidós
representantes. Y allí se quedó toda la legislatura.
Luego pasó
cuatro años ejerciendo distintos puestos de más o menos responsabilidad
en IU hasta que fue designado, por primera vez, para encabezar la
candidatura europea de la formación en las elecciones de mayo de 2004.
Repitió
en las de 2009 y en las de mayo de 2013, tras ser ratificado por el
77,4 por ciento de los miembros del Consejo Político, que veían en su
veteranía europea un valor seguro.
Su apego a la política caló también en uno de sus dos hijos, Amanda,
quien dentro de IU ha desempeñado algún que otro cargo de relevancia y
ahora ejerce como secretaria general de Vivienda en Andalucía.
La
dimisión de Willy Meyer convierte a la número dos de la candidatura de
IU, la exdirigente de CCOO Paloma López, en número uno de los
eurodiputados de esta formación y supone la entrada en esta cámara de Javier Couso, hermano del cámara de televisión muerto en Irak.
López
fue secretaria de Empleo y Migraciones de Comisiones Obreras, cargo
para el que fue elegida en el Congreso Confederal que el sindicato
celebró en 2008 y del que dimitió el pasado 4 de marzo tras ser elegida
candidata de IU para las elecciones europeas.
Desde 1996, ocupó
diversos cargos en CCOO, donde fue responsable de la Secretaría de
Política Social y Migraciones de Madrid y, posteriormente, nacional,
además de secretaría de Participación y Desarrollo Organizativo de
Madrid y vocal de la Ejecutiva Confederal.
Couso era uno de los
candidatos más simbólicos de la cuota de representación civil de la
lista de Izquierda Unida al Parlamento Europeo y ocupaba el séptimo
lugar de la candidatura.
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