MADRID.- Deloitte y el auditor Francisco Celma,
encargados de validar en el pasado las cuentas de Bankia y su matriz
BFA, tenían que haber detectado todos los errores contables que los peritos independientes designados por el Banco de España han visto ahora.
En
el informe entregado hoy al juez instructor del "caso Bankia", Fernando
Andreu, los expertos llaman la atención de que en toda la documentación
examinada, solo se recoja que el auditor tenía previsto incluir dos
salvedades en los estados financieros de BFA y Bankia del ejercicio 2011
formulados en marzo de 2012.
Y es que para los peritos existían
errores en las cuentas anuales individuales y consolidadas de BFA y
Bankia desde su constitución en diciembre de 2010 hasta las del
ejercicio siguiente, incluyendo tanto las del equipo de Rodrigo Rato
como las reformuladas en mayo de 2012 tras la llegada de José Ignacio
Goirigolzarri.
Se trata de errores contables, que son el resultado
de omisiones o inexactitudes a la hora de emplear la información que
estaba disponible cuando los estados financieros para esos períodos
fueron formulados y que el grupo BFA-Bankia "podía y debía" haber
empleado en la elaboración de los estados.
Así lo establecían las circulares del Banco de España 4/2044 y 3/2008, recuerdan los peritos en su informe.
Todos
los errores contables "fueron conocidos, en gran parte, y puestos de
manifiesto en la reformulación practicada por el nuevo equipo gestor, si
bien, no se trata de un "cambio de estimaciones contables" como
indicaron los nuevos gestores.
El estudio de estos ajustes pone de
manifiesto que la reformulación de las cuentas era necesaria pero por
errores y fallos contables al utilizar la información disponible,
añaden.
Entre los numerosos errores, los peritos destacan la nueva
estimación del valor de los activos inmobiliarios de sociedades
participadas por Bankia (Bankia Habitat, antigua Bancaja Habitat).
A
finales de 2011, los peritos recuerdan que el consejero ejecutivo José
Manuel Fernández Norniella, "mano derecha" de Rato, ya había advertido
en una reunión del consejo de administración de que el grupo contaba con
más de 350 socios de los que 80 % eran promotores, en su mayoría
insolventes.
Más de la mitad provenían de Bancaja, con un riesgo
alto, un 20 % de Caja Madrid con riesgo bajo y el resto de las otras
cajas con riesgo medio.
Eso, para los peritos, demuestra la
afloración y transparencia de una situación de deterioro de la solvencia
de las sociedades participadas por Bankia, en particular, las que
provenían de Bancaja, "que hasta ahora no se habían puesto de
manifiesto".
Algunas de las operaciones con estas sociedades
compartían intereses con el Banco de Valencia y son las que
posteriormente el equipo de Goirigolzarri envió a la Fiscalía
Anticorrupción.
Pero además, el riesgo promotor del conjunto del
grupo financiero obligó a la entidad a reclasificar 13.244 millones, un
procedimiento que los expertos cuestionan porque el nuevo equipo gestor
cometió el error "significativo y relevante" de presuponer que estos
créditos eran morosos.
En cuanto al Banco de Valencia, participada
de BFA-Bankia, destacan la ausencia de controles adecuados en la
actividad de la entidad, en especial, en una parte de las operaciones de
mayor riesgo y dudosa racionalidad económica, "en las cuales todas sus
peculiaridades eran únicamente conocidas por el consejero delegado
(Domingo Parra)".
Por el tratamiento contable que se les daba a
estas operaciones, entre otras razones, los peritos cuestionan
nuevamente a Deloitte y a su auditor Miguel Monferrer.
Pero los
errores contables del grupo BFA-Bankia no quedaron ahí porque el informe
pericial menciona también el cómputo de recursos propios en BFA de
Bancaja Inversiones (BISA), así como los activos fiscales diferidos en
la matriz de Bankia o la contabilización definitiva de la combinación de
negocios.
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