No lo digo yo, que también, lo acaba de declarar el
periodista y escritor Gregorio Morán en la presentación de su último
libro, El Cura y los Mandarines, donde pone en su sitio a los de la Real
Academia de la Lengua.
Refiriéndose a los intelectuales, a los
artistas, dice que después de 1976 hubo un periodismo punzante y peleón,
"pero con el PSOE llegó el final de ese periodismo. Y en la Cultura el
PSOE lo compró todo. El PSOE fue un cáncer cultural." Vamos, que los
intelectuales pasaron de ser firmes opositores al régimen franquista en
los sesenta a convertirse en reaccionarios en los ochenta.
Pues
ya lo he dicho muchísimas veces. Recuerdo que cuando a comienzos de los
ochenta buscaba periodistas para la redacción de un nuevo diario en
Almería, La Crónica, todos los que me encontraban eran de los llamados
"periodistas progresistas". Todos contra el centro, el partido que
gobernaba, la UCD, y propagandistas del pesoe. Cuando el 28-O ganó
Felipe González por mayoría absoluta toda la redacción, como una piña,
brindaba la llegada de los socialistas al poder. Y luego, babeaban
literalmente ante todos los cargos del sistema socialista.
El
pesoe, a diferencia de los partidos de la derecha, sí paga a traidores y
sus palmeros. Todos los periodistas que brindaron la llegada del nuevo
régimen, en la Almería que yo viví, fueron colocados en medios
controlados por la Administración. Todos. Hasta los más ineptos, pero
fieles al nuevo régimen instaurado en Andalucía. Y al periodista que no
se unía al clan, lo estigmatizaban.
Ahora
esos intelectuales, culturetas de pacotilla, directores de cine
fracasados, etc, que en la época del iluminado Zapatero formaron el club
de La Ceja, como ratas abandonan su militancia activa del pesoe y se
pasan a Podemos. Han olido que el barco de Pedro Sánchez zozobra y no
les va a garantizar subvenciones zapateriles y se pegan a esa nueva
izquierda que está haciendo estragos en el llamado bipartidismo de la
casta.
Por último,
no me resisto a quitarme el sombrero ante las últimas declaraciones de
otro periodista valiente como Arturo Pérez Reverte: "Yo creo que los
malos siempre ganan. Y tú puedes asociarte al malo o, de una forma más
quijotesca, tratar de hacer que el malo no duerma bien, que sepa que en
cualquier momento alguien se puede levantar y cortarle el sueño, o el
negocio. Que el malo sepa que no es tan fácil ser malo, y que incluso
puede ser peligroso”.
Pues
eso, que los periodistas estamos para tocarle los cataplines al malo,
ese que siempre gana, que siempre gobierna. Y no como la mayoría de los
periodistas de la casta, que babean ante el poder y no cumplen con su
misión.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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