Y es que en pleno siglo XXI los populares siguen
maneras y modos impropios. Porque fue ganar Rajoy las generales y
enseguida empezaron las cacicadas.
Como
por ejemplo, la organizada en la delegación del gobierno en Andalucía,
donde Mila Parrilla Bogas, una de las dos asesoras de la enchufada de
Javier Arenas, Carmen Crespo, ex alcaldesa del municipio de Adra,
Almería, exige que le asignen una chacha, si, una chacha, a la
coordinadores del servicio de limpieza de las instalaciones.
Y como
Margarita Vilches, encargada del servicio, entiende que es un abuso y no
le asigna como "chacha" a una de las empleadas, pues empiezan las
presiones y tras los insultos y amenazas, el despido. Porque las dos
asistentas de la Carmen Crespo, colegas de sus tiempos de alcaldesa, se
habían instalado en la vivienda de la Delegada... Esto pasó hace tres
años.
Ahora la
justicia ha dado la razón a la trabajadora, Margarita Vilches, y obliga a
readmitirla en su puesto de trabajo, dándole la razón en todas sus
demandas. Este es uno de los muchos ejemplos que los populares han
sembrado en Andalucía en los pocos años que gobiernan este país.
Vamos,
que a las asesoras del pepé lo que les mola es que las empleadas de
limpieza se pongan la cofia y les sirvan el té de las cinco mientras
ellas conspiran y enredan... Javier Arenas no ha sido muy fino al dar
confianza a unas damas, por muy íntimas que sean, que no han hecho otra
cosa que reafirmar ese tufo de señorito andaluz que durante décadas ha
caracterizado a la derecha en la región.
Pues
eso. Que puede que en marzo los populares pasen de ser el partido más
votado a semi clandestinos. Vamos que el pesoe y Podemos, seguro sacan
más escaños que los súbditos de Javier Arenas. Los populares sólo
tendrán el consuelo de que los de Izquierda Unida también se hundirán,
aunque por otros motivos, claro.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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