domingo, 29 de abril de 2012

Videla admite que la dictadura argentina mató a unas 8.000 personas

BUENOS AIRES.- Carpetas con la leyenda "estrictamente secreto y confidencial", cassettes de video y de audio, fueron encontrados durante un allanamiento en el domicilio del ex dictador argentino Jorge Rafael Videla, revelaron hoy aquí fuentes periodísticas.

  El hallazgo se produjo el viernes último cuando efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria entraron en la vivienda de Videla por orden de la jueza federal de San Martín Alicia Vence, precisó el diario Página/12.

Según la publicación, también requisaron documentos oficiales secretos de la última dictadura como las llamadas Pautas de la Junta Militar al Poder Ejecutivo Nacional para ejercicio de la acción de gobierno.

El allanamiento de los domicilios de Videla, del ex ministro del Interior Albano Harguindeguy y del ex comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo Santiago Omar Riveros fue realizado en el marco de la causa "Campo de Mayo" (4012/03) y en respuesta a una solicitud del abogado Pablo Llonto.

Llonto, quien representa a familiares de desaparecidos, pidió además a la jueza que cite al periodista Ceferino Reato, autor del libro Disposición Final, que recoge 20 horas de conversación con Videla en la cárcel de Campo de Mayo.

A mediados de este mes se hicieron públicos aquí fragmentos de esa obra, en los cuales el ex teniente general admitió por primera vez que la dictadura militar entronizada en marzo de 1976 mató a siete u ocho mil personas, una cifra que -dijo- no conformaba a empresarios nacionales.

Desde su calabozo, el represor, de 86 años de edad, argumentó sobre el genocidio que "había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la Justicia ni tampoco fusiladas".

Cada desaparición puede ser entendida como el enmascaramiento, el disimulo de una muerte, señaló con frialdad Videla, quien reconoció que no había otra solución y era ése el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión sin que fuera evidente para la sociedad.

Denunció asimismo, aunque sin mencionar nombres, a empresarios nacionales, a quienes atribuyó recriminaciones respecto a que la cifra de desaparecidos -que organizaciones de derechos humanos fijan en 30.000- resultaba insuficiente.

Con relación a la frase que da título al libro, explicó que "Solución Final (para referirse a los desaparecidos y asesinados)" nunca se usó.

"Disposición Final fue una frase más utilizada; son dos palabras muy militares y significan sacar de servicio una cosa por inservible. Cuando, por ejemplo, se habla de una ropa que ya no se usa o no sirve porque está gastada, pasa a Disposición Final", dijo Videla.

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