BUENOS AIRES.- "La crisis en España está mejor gestionada que la que tuvo la Argentina en 2001. Mientras haya financiación para el Estado de bienestar, vamos a aguantar... y tengo mucha esperanza en que este país empiece a crecer antes de que se le acaben sus recursos. Pero si pasa lo contrario, voy a contemplar todas las opciones, claro...", dice el empresario argentino, afincado en Madrid, Martín Varsavsky, lejos de la tempestad provocada por la peor crisis económica de la historia democrática moderna española, con cinco millones de desocupados que se valen a diario del salvavidas de las ayudas estatales o familiares para mantenerse a flote, como un destello extraviado de aquella "España pujante" que se diluyó en el remolino de los últimos tres años.
"La crisis en España está mejor gestionada que la que tuvo la Argentina en 2001. Mientras haya financiación para el Estado de bienestar, vamos a aguantar... y tengo mucha esperanza que este país empiece a crecer antes de que se le acaben sus recursos. Pero si pasa lo contrario, voy a contemplar todas las opciones, claro...", dice en una entrevista en 'La Nación'.
Eligió España como país de residencia y no los Estados Unidos, pese a tratarse de una meca de la tecnología y el diseño, ideal para él, podría pensarse, que no sale de su casa sin sus tres teléfonos celulares de alta gama. "Consigo ingenieros excelentes acá, que no necesariamente son de España, sino que un tercio de ellos proviene de Alemania, Austria, o de Europa en general. Y que los puedo fichar porque les encanta vivir en Madrid. En cambio, en Silicon Valley la competencia por el talento es feroz... y yo, naturalmente, prefiero ser un pez grande en el lago que uno pequeño en el océano."
"Me encanta España, y estoy muy contento de vivir aquí. Es un país que, pese a la crisis que tiene, sigue siendo agradable y seguro. En muchas cosas, es como la Argentina que me hubiese gustado tener. Yo miro a España y me digo: «¡Qué pena que haya tantas cosas que en la Argentina no ocurrieron como aquí!». Porque a pesar de vivir una enorme crisis, con 20% de desocupación y 30% de desempleo juvenil, no sufrió saqueos ni verdadero caos social, porque las protestas, como las que organizamos del 15-M, son pacíficas", asegura.
-¿Está con los del movimiento de "indignados", que protesta contra la crisis económica y el sistema político español?
-Aunque suene raro y parezca poco probable, yo también soy un "indignado". Soy uno de los que participaron para organizar esta movida, como Julio Alonso y Enrique Arcos. Todas las iniciativas vinculadas con el "#nolesvotes". La idea siempre ha sido explicar que el PSOE, el PP, Convergencia i Unió y todos los partidos que dirigen este país han hecho mal las cosas. En España, se han endeudado tremendamente... y en este sentido, lo que pasa es bastante parecido a lo que sucedió con Menem, porque se trató de un crecimiento falso, basado en el endeudamiento del sector inmobiliario. Por eso hacía falta hacer algo para decir "esta gente es incompetente, y hay que buscar una alternativa diferente", a partir de la conclusión de que los grandes partidos del país están llevando a España a la ruina.
-¿Tiene posibilidades de éxito el movimiento?
-Hemos pedido que no se vote a los candidatos de las fuerzas mayoritarias, y 1,5 millones menos los votaron, más allá de que votaron mucho más al PP que al PSOE. Fue una importante advertencia, donde a través de esa merma de votos les dijimos: "Miren, están haciendo las cosas mal". No les vamos a decir otra cosa.
-¿Estuvo en Puerta del Sol, donde se hizo el campamento central de los "indignados"?
-Sí... y de hecho desde Fon aportamos el wi-fi para que todos pudieran estar conectados.
-¿Y cómo seguirá su participación?
-En mi caso, a través de propuestas. Por estos días me estoy reuniendo con los principales candidatos a presidente, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el "popular" Mariano Rajoy, para acercarles mis propuestas de creación de empleo, porque lo que a mí me importa es que a mi país de adopción le vaya bien.
-¿En qué consisten esas propuestas?
-El plan, que también podría aplicarse en la Argentina, consiste en que el gobierno se haga cargo por un año de todas las cargas sociales e indemnizaciones de las empresas que creen empleo. Esto quiere decir que si a un emprendedor le va mal, pierde su capital, pero no tiene que pagar, por encima de esa frustración, las cargas sociales y las indemnizaciones. Por supuesto, en mi plan el gobierno no tendría que hacerse cargo de las indemnizaciones si el empresario hace algo ilegal... pero de acuerdo con mi experiencia y la de emprendedores amigos, lo más frecuente es que el fracaso se deba a que una idea salió mal.
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