miércoles, 19 de octubre de 2011

Indignados europeos y protestas de Wall Street: ¿quién inspira a quién?

NUEVA YORK.- El movimiento 'Occupy Wall Street' cumplía hace un par de días su primer mes de acampada en pleno corazón de la isla de Manhattan. Una respuesta popular que ha sitiado los alrededores de la New York Stock Exchange y que ha conseguido recaudar hasta 300.000 dólares en sus poco más de 30 días de vida. Sin embargo, algunos titulares publicados por las principales cabeceras a este lado del Atlántico, se olvidan de dar crédito a los grupos que comenzaron este tipo de demostraciones.

Cierto es que, dadas las circunstancias, la mediatización del asentamiento en Zuccotti Park ha conseguido atraer la atención, no sólo de actores, filósofos, economistas y demás figuras de carácter internacional sino que también ha conseguido crispar a la flor y nata del sector financiero. Por supuesto que Joseph Stiglitz también respaldó la causa de los indignados pero que caras conocidas en todo el mundo como Susan Sarandon, Alec Baldwin o el cantante Kanye West se hayan dejado caer el 'downtown' de Manhattan, implica una promoción difícil de superar.
No malinterpreten este razonamiento, el objetivo aquí es poner de manifiesto el malestar popular tanto en el Viejo Continente como en EEUU contra la banca y el 'establishment' político pero, cierto es, que si este tipo de demostraciones se salpimientan con un esponsor conocido a nivel internacional, véase un actor o actriz de Hollywood, la atención mundial está garantizada. Tampoco hay que olvidar que hasta el presidente Barack Obama ha llegado a tender la mano al descontento de los allí presentes, un hecho que no puede obviarse en el punto de mira internacional.
Sin embargo, sólo algunas cabeceras, entre las que se postula el Washington Post, recordaban en sus páginas el pasado 16 de octubre como el 'Occupy Wall Street' encontró su inspiración en los 'activistas' españoles que el pasado mayo decidieron congregarse en el centro de la capital de nuestro país.
Otros medios, como Fox News, optaban por destacar como el movimiento neoyorquino consiguió inspirar a cientos de ciudades en todo el mundo para salir a la calle y sumarse a la protesta generalizada. Un hecho que en el Viejo Continente lleva demostrándose meses atrás, desde el comienzo de la crisis soberana mediante huelgas y manifestaciones, especialmente en Grecia, donde las medidas de austeridad han sido severas.
En cierta forma, es difícil de postular a Occupy Wall Street como la locomotora de unas protestas si tenemos en cuenta que en EEUU, las huelgas y otro tipo de protestas de este estilo son mucho menos frecuentes y cuentan con menor respaldo social que en el Viejo Continente. Pero si a nivel económico, cuando EEUU estornuda el resto del mundo se contagia, también se podría aplicar este dicho a otros ámbitos. Las protestas han tenido que llegar a la cuna del capitalismo, Wall Street, para conseguir inspirar al resto del mundo.
Tras las masivas muestras de apoyo del pasado fin de semana, tanto en Times Square como en el resto de plazas mundiales, se ha conseguido sumar lo mejor de cada movimiento por alcanzar un objetivo común, y eso es lo que cuenta.
Mientras los manifestantes en Zuccotti Park y demás grupos de protesta en el resto del mundo no han conseguido articular una política clara sobre sus objetivos, "su mera existencia demuestra que la gente está decidida a pensar de manera global sobre las rutas de salida de esta crisis", afirmó Paul Mason, de la BBC. En el portal Daily Beast, Peter Beinart aseguró que el movimiento está ganando fuerza como consecuencia de su "naturaleza global".
Por el contrario, otros como Will Marshall manifestaron en la revista New Republic que las protestas sólo incrementarán las tensiones ideológicas y el partidismo en la vida política estadounidense. Sin embargo, mientras el movimiento para ocupar Wall Street se globaliza, sus seguidores son cada vez más políticamente diversos. Erik Tarloff aseguró en The Atlantic, que precisamente la falta de cohesión política es irrelevante. "Lo importante es el rechazo popular para tolerar el actual estado de la situación internacional parece estar llegando a un punto de inflexión", señaló. Sean los indignados en España o los que acampan cerca de Wall Street, este nuevo movimiento no discrimina ni tiene afán de protagonismo sobre su origen y quizás es ahí donde reside su fuerza.

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