SANÁ.- Al menos 14 personas han muerto este sábado en Yemen, trece milicianos vinculados a Al Qaeda y tres soldados, a pesar de que la nueva coalición de Gobierno haya prestado hoy juramento como parte del acuerdo de transición.
Los once milicianos vinculados a la red terrorista y dos soldados han muerto en la ciudad de Zinjibar, en la provincia de Abyan del sur de Yemen, según ha informado un oficial militar a Reuters.
El otro soldado falleció a última hora del viernes en los enfrentamientos registrados en Saná entre los aliados y los opositores del presidente saliente Ali Abdulá Salé, según ha explicado el Ministerio de Defensa.
Por otro lado, el vicepresidente, Abd Rabbu Mansur Hadi, ha presidido la reunión en la que el nuevo Gobierno ha prestado juramento y según cita la agencia estatal de noticias SABA, Hadi ha señalado del nuevo Gabinete que, "todo el mundo en Yemen espera que se concentre en las tareas principales de este Gobierno y se mantenga alejado de las cuestiones que dan lugar a la discordia".
Además, Hadi también ha dirigido la primera reunión del comité encargado de supervisar que el Ejército respete el plan de transición, tal y como informa la agencia de noticias SABA.
El viernes, un funcionario yemení informó de que las fuerzas leales a Salé y hombres armados de oposición se retiraban de las calles de la ciudad de Taiz.
Según ha explicado el funcionario, un comité encargado de devolver la normalidad a Taiz ha estado limpiando controles de carretera establecidos por opositores y partidarios de Salé y supervisando su retirada de los edificios ocupados.
En última instancia, en Oslo, Tawakul Karman, una de las tres mujeres que comparten el Nobel de la Paz, ha arremetido este sábado contra la comunidad internacional por no respaldar la revolución en Yemen, y ha añadido que los dirigentes árabes que han actuado contra su propio pueblo no deben recibir inmunidad.
Al aceptar el premio del 2011, la activista yemení Tawakul Karman pidió al mundo occidental que respalde las revoluciones que se han extendido por el mundo árabe este año y mantengan la fe en el cambio democrático que es algo tan difícil como inevitable.
"El mundo democrático, que nos ha dicho mucho sobre las virtudes de la democracia y la buena gobernanza, no debe ser indiferente a lo que está pasando en Yemen y Siria", dijo Karman, que comparte el galardón con la presidenta de Liberia Ellen Johnson-Sirleaf y su compatriota y activista de derechos humanos Leymah Gbowee.
"Estos (líderes árabes) deben ser llevados ante la justicia ante el Tribunal Penal Internacional; no debería haber inmunidad para los asesinos que roban la comida de su gente", dijo.
El mundo ha fracasado en comprender y apoyar la revolución de Yemen, donde continúa la violencia entre partidarios y opositores del presidente saliente Ali Abdulah Saleh.
"Esto debería perseguir la conciencia del mundo porque desafía la propia idea de equidad y justicia", añadió.
Siria y Yemen han estado al borde de una guerra civil este año en medio de la violenta represión de las revueltas contra el gobierno.
Thorbjoern Jagland, jefe del comité de selección del Premio Nobel de la Paz, dijo en la ceremonia de entrega: "Ningún dictador puede a la larga encontrar refugio a este viento de la historia".
"Fue este viento el que llevo a la gente a trepar al Muro de Berlín y derribarlo. Es este viento el que ahora sopla en el mundo árabe".
"Ni siquiera el presidente Saleh fue capaz, y el presidente Asad en Siria no será capaz, de resistir la demanda de la gente por la libertad y los derechos humanos", dijo Jagland.
"Los líderes en Yemen y Siria que matan a su pueblo para conservar el poder deberían tomar nota de lo siguiente: la lucha del ser humano por la libertad y los derechos humanos nunca se detiene", dijo.
Jagland dijo que los derechos de las mujeres deben ser un elemento clave en las consecuencias del cambio en el norte de África y en Oriente Próximo, donde islamistas se han aprovechado de unas elecciones más libres este año.
"La prometedora 'primavera árabe' se convertirá en un nuevo invierno si las mujeres se quedan fuera", dijo Jagland, un ex primer ministro noruego. "El Islam debe ser parte de la solución".
Las galardonadas, que reciben el premio en el 115 aniversario de la muerte del benefactor Alfred Nobel, compartirán el millón y medio de dólares (1,12 millones de euros) con los que está dotado el galardón.
Al aceptar el premio del 2011, la activista yemení Tawakul Karman pidió al mundo occidental que respalde las revoluciones que se han extendido por el mundo árabe este año y mantengan la fe en el cambio democrático que es algo tan difícil como inevitable.
"El mundo democrático, que nos ha dicho mucho sobre las virtudes de la democracia y la buena gobernanza, no debe ser indiferente a lo que está pasando en Yemen y Siria", dijo Karman, que comparte el galardón con la presidenta de Liberia Ellen Johnson-Sirleaf y su compatriota y activista de derechos humanos Leymah Gbowee.
"Estos (líderes árabes) deben ser llevados ante la justicia ante el Tribunal Penal Internacional; no debería haber inmunidad para los asesinos que roban la comida de su gente", dijo.
El mundo ha fracasado en comprender y apoyar la revolución de Yemen, donde continúa la violencia entre partidarios y opositores del presidente saliente Ali Abdulah Saleh.
"Esto debería perseguir la conciencia del mundo porque desafía la propia idea de equidad y justicia", añadió.
Siria y Yemen han estado al borde de una guerra civil este año en medio de la violenta represión de las revueltas contra el gobierno.
Thorbjoern Jagland, jefe del comité de selección del Premio Nobel de la Paz, dijo en la ceremonia de entrega: "Ningún dictador puede a la larga encontrar refugio a este viento de la historia".
"Fue este viento el que llevo a la gente a trepar al Muro de Berlín y derribarlo. Es este viento el que ahora sopla en el mundo árabe".
"Ni siquiera el presidente Saleh fue capaz, y el presidente Asad en Siria no será capaz, de resistir la demanda de la gente por la libertad y los derechos humanos", dijo Jagland.
"Los líderes en Yemen y Siria que matan a su pueblo para conservar el poder deberían tomar nota de lo siguiente: la lucha del ser humano por la libertad y los derechos humanos nunca se detiene", dijo.
Jagland dijo que los derechos de las mujeres deben ser un elemento clave en las consecuencias del cambio en el norte de África y en Oriente Próximo, donde islamistas se han aprovechado de unas elecciones más libres este año.
"La prometedora 'primavera árabe' se convertirá en un nuevo invierno si las mujeres se quedan fuera", dijo Jagland, un ex primer ministro noruego. "El Islam debe ser parte de la solución".
Las galardonadas, que reciben el premio en el 115 aniversario de la muerte del benefactor Alfred Nobel, compartirán el millón y medio de dólares (1,12 millones de euros) con los que está dotado el galardón.
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