MADRID.- La Casa Real estudia "desde hace tiempo" limitar los miembros de la Familia Real a los Reyes, los Príncipes de Asturias y las Infantas Leonor y Sofía, por ser los únicos que viven solo del presupuesto que el Estado destina a la Corona y ocupan los primeros puestos en el orden de sucesión al trono, han informado hoy fuentes del Palacio de La Zarzuela.
En la actualidad los miembros que conforman la Familia Real y, por tanto, asisten a actos oficiales en representación de la institución son los Reyes, los Príncipes de Asturias, la Infanta Elena y los duques de Palma, es decir, la hija menor del Rey, Cristina, y su marido, Iñaki Urdangarin, tal y como puede comprobarse en la web de Casa Real.
Solo los Reyes y los Príncipes, de quienes dependen sus hijas, viven exclusivamente del presupuesto que el Estado asigna a la Casa del Rey, y que Don Juan Carlos distribuye libremente, según establece la Constitución.
Las cuentas para el ejercicio presupuestario de 2011 asignaron un total de 8,4 millones de euros para la Casa del Rey, un 5,2 por ciento menos que en 2010. Una parte de este dinero el Rey lo destina al "sostenimiento de su familia" y otra a cubrir los gastos de funcionamiento y de personal a cargo directo de la Casa, como los sueldos del personal de alta dirección, dirección y otros empleados de la institución.
La Infanta Elena y los duques de Palma reciben una parte de ese presupuesto (que nunca se ha hecho pública) en proporción a los actos oficiales a los que acuden, según aseguran fuentes del Palacio de la Zarzuela.
Precisamente porque esa cantidad no equivale a un sueldo, compatibilizan su función de representación de la Corona con otras actividades económicas en empresas privadas, un modelo de doble dependencia que ha quedado en evidencia con la investigación judicial en torno a los negocios de Iñaki Urdangarin.
Con la familia de Don Felipe, heredero de la Corona, consolidada, sus hermanas Elena y Cristina han perdido relevancia en el orden de sucesión al trono en favor de las hijas de los Príncipes. En la actualidad, la Infanta Elena es la cuarta en esa línea de sucesión y su hermana la séptima.
Precisamente por eso, las actividades oficiales de Doña Elena y Doña Cristina "ya iban camino de limitarse", algo que se hará más evidente a lo largo del año próximo, según apuntan en Casa Real, donde se estudia llevar a cabo este cambio de miembros en la Familia Real incluso antes de que llegue el momento de la sucesión.
En Zarzuela no descartan que debido a la investigación que afecta al duque de Palma, la Infanta Cristina pida voluntariamente dejar de asistir a actos oficiales en representación de la Corona, al menos hasta que todo el asunto que afecta a su marido se aclare.
No obstante, subrayan que tanto en su caso como en el de la Infanta Elena, ambas están llamadas a emular el ejemplo de las hermanas del Rey, Doña Margarita y Doña Pilar, que son familia del Rey pero no Familia Real, por lo que no tienen ninguna función de representación de la Corona, ni están en la línea de sucesión que nuestra Carta Magna restringe a los "sucesores" de Don Juan Carlos.
Navidades difíciles
Los duques de Palma se enfrentan a sus navidades más difíciles. Ambos están a la espera de que el proceso en el que aparece implicado el nombre de Iñaki Urdangarín experimente un avance reseñable. Pero, sin duda, la peor parte se la lleva Cristina quien, como hija del Rey de España debe afrontar sus deberes, sin olvidar el amor que siente por su marido.
Difícil situación. Tanto es así, que esta semana dos de las revistas del corazón han elegido este tema para ilustrar sus portadas. Semana y Diez Minutos se centran en esta historia de amor que, desde el principio, ha sido perfecta pero ahora, aunque Cristina siga muy enamorada, la presión por los dudosos negocios de Iñaki y el miedo a que afecte a la monarquía, podrían perjudicar su relación.
Y es que, aunque apoye a su marido, la presión social y la repercusión que la investigación sobre el Duque de Palma tiene en la Casa Real podrían hacerle tomar una decisión sobre su futuro juntos.
Se casaron el 4 de octubre de 1997 y, desde entonces, la imagen de su matrimonio ha irradiado siempre amor, complicidad y unión. Hasta hoy. Ahora se enfrentan a la situación más delicada de su vida ante la presunta implicación de Urdangarín en un desvío de fondos públicos, entre otros posibles delitos que estarían penados hasta con quince años de cárcel.
De momento, Cristina se mantiene al lado de su marido, pero este apoyo podría ir debilitándose, tal y como publica la revista Diez Minutos, en el supuesto de que se confirmase la implicación de Iñaki en el escándalo.
Todo el empeño de la infanta es mantener a sus hijos al margen de todo este escándalo. Consciente del revuelo mediático que podría producirse cuando vuelvan a España estas Navidades, aún no han decidido dónde pasarán las vacaciones.
A todo esto se suma el problema de la repercusión que esto podría tener en la monarquía, por lo que se dice que para Don Juan Carlos cualquier sacrificio es pequeño para salvaguardar la Corona. Ya se contempla un posible divorcio, aunque sea temporal.
Siguiendo con el mismo tema, la portada de ¡Hola! nos muestra a la Reina Sofía quien, tras presidir en Nueva York la gala del Spanish Institute, pasó unos días en familia con los duques de Palma en Washington.
Navidades difíciles
Los duques de Palma se enfrentan a sus navidades más difíciles. Ambos están a la espera de que el proceso en el que aparece implicado el nombre de Iñaki Urdangarín experimente un avance reseñable. Pero, sin duda, la peor parte se la lleva Cristina quien, como hija del Rey de España debe afrontar sus deberes, sin olvidar el amor que siente por su marido.
Difícil situación. Tanto es así, que esta semana dos de las revistas del corazón han elegido este tema para ilustrar sus portadas. Semana y Diez Minutos se centran en esta historia de amor que, desde el principio, ha sido perfecta pero ahora, aunque Cristina siga muy enamorada, la presión por los dudosos negocios de Iñaki y el miedo a que afecte a la monarquía, podrían perjudicar su relación.
Y es que, aunque apoye a su marido, la presión social y la repercusión que la investigación sobre el Duque de Palma tiene en la Casa Real podrían hacerle tomar una decisión sobre su futuro juntos.
Se casaron el 4 de octubre de 1997 y, desde entonces, la imagen de su matrimonio ha irradiado siempre amor, complicidad y unión. Hasta hoy. Ahora se enfrentan a la situación más delicada de su vida ante la presunta implicación de Urdangarín en un desvío de fondos públicos, entre otros posibles delitos que estarían penados hasta con quince años de cárcel.
De momento, Cristina se mantiene al lado de su marido, pero este apoyo podría ir debilitándose, tal y como publica la revista Diez Minutos, en el supuesto de que se confirmase la implicación de Iñaki en el escándalo.
Todo el empeño de la infanta es mantener a sus hijos al margen de todo este escándalo. Consciente del revuelo mediático que podría producirse cuando vuelvan a España estas Navidades, aún no han decidido dónde pasarán las vacaciones.
A todo esto se suma el problema de la repercusión que esto podría tener en la monarquía, por lo que se dice que para Don Juan Carlos cualquier sacrificio es pequeño para salvaguardar la Corona. Ya se contempla un posible divorcio, aunque sea temporal.
Siguiendo con el mismo tema, la portada de ¡Hola! nos muestra a la Reina Sofía quien, tras presidir en Nueva York la gala del Spanish Institute, pasó unos días en familia con los duques de Palma en Washington.
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