MADRID.- El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha augurado que queda "un camino amplio" en la instrucción del 'caso Nóos', que dirige el juez José Castro, hasta saber si se abre juicio oral contra el duque de Palma, Iñaki Urdangarin, y debe sentarse en el banquillo de los acusados.
"El papel del juez instructor no ha concluido en modo alguno. A la instrucción le queda, no voy a decir un largo camino, pero sí un camino amplio de seguir investigando", ha dicho Torres-Dulce antes de apuntar que sería "contrario al papel de imparcialidad del Ministerio Fiscal" y "poco respetuoso" para la presunción de inocencia de quienes intervienen en el proceso "aventurar opciones de acusación o de sobreseimiento en el futuro".
El máximo representante del Ministerio Público ha dicho que, aunque la investigación sobre las actividades del Instituto Nóos avanza "en una dirección concreta y determinada", es necesario esperar a que concluya la instrucción para que los fiscales del caso, Pedro Horrach y Juan Carrau, "valoren con imparcialidad si procede o no la apertura del juicio oral y en qué extensión procede dicha apertura".
En relación con la posibilidad de que la infanta Cristina declare como testigo en la causa una vez que se ha rechazado su declaración como imputada, ha indicado que los dos fiscales han decidido "con absoluta autonomía" y, si se plantea esta posibilidad, "examinarán las razones por las que se solicita la declaración testifical y si se compadece con respecto a lo actuado".
Preguntado por si se podrían haber vulnerado los derechos fundamentales de Urdangarin por haber sido sometido a una declaración de más de 22 horas, ha apuntado que las partes intervinientes en el proceso "pueden y deben dirigirse al juez para solicitar recesos o pedir que no se prolonguen las declaraciones para que se lleven a cabo con equilibrio".
"No es aconsejable que las declaraciones se realicen en un marco de tensión por su extensión pero debo reconocer que con cierta frecuencia ello se produce por muchas razones", ha apuntado Torres-Dulce, quien se ha mostrado convencido de que si alguna de las partes hubiera solicitado un receso al juez, éste lo habría acordado "sin ningún género de dudas".
En su intervención Torres-Dulce también ha adelantado que piensa ser "extremadamente beligerante" con la "corrupción política, social y económica", hasta el punto de que ha dado instrucciones a los responsables de la Fiscalía Anticorrupción para que se muestren "extremadamente vigilantes en esta cuestión".
A su entender, la corrupción es "un cáncer social" que "mina elementos esenciales de la convivencia, lastra recursos necesarios para la propia convivencia y establece un clima de enorme desconfianza en instituciones importantes para la convivencia social y el Estado de Derecho".
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