LONDRES.- Amnistía Internacional (AI) ha advertido de que la negativa de la European Broadcasting Union (EBU), la
entidad organizadora del festival de Eurovisión, celebrado esta noche en Bakú, a condenar los abusos
contra los Derechos Humanos cometidos en Azerbaiyán supone un "silencio
mortal" que otorga "carta blanca al Gobierno de ese país para continuar
con la represión".
"La negativa de la organización que gestiona Eurovisión a condenar
los abusos contra los Derechos Humanos cometidos en Azerbaiyán da carta
blanca al Gobierno de ese país para continuar con la represión", afirmó
AI en un comunicado, en relación con dos recientes protestas pacíficas
que fueron "disueltas violentamente".
"Pese a la publicidad en la que se comprometía a respaldar la
libertad de expresión en Azerbaiyán, la EBU ha mantenido un silencio
mortal sobre las recientes y reiteradas violaciones de ese derecho", ha
manifestado el responsable de campaña sobre Azerbaiyán de Amnistía
Internacional, Max Tucker, que se encuentra actualmente en la capital
del país, Bakú.
"La inacción de la EBU y de la comunidad internacional da a las
autoridades carta blanca para seguir reprimiendo violentamente, y sin
consecuencias, la disidencia", prosiguió.
El lunes, recuerda AI, más de 200 manifestantes se reunieron en
dos lugares del centro de Bakú para pedir el fin de la corrupción y el
respeto de los Derechos Humanos. Según los organizadores de la protesta,
la Policía metió por la fuerza a los manifestantes en autobuses y los
llevó fuera de la ciudad. A varios de ellos los golpearon, y a 38 los
detuvieron, agregó Amnistía.
Uno de los organizadores, Abulfaz Gurbanly, ha asegurado a
Amnistía Internacional que, mientras estuvo recluido en una comisaría de
Policía, "le propinaron puñetazos y patadas y lo golpearon con una
porra", indico la organización. Según su testimonio, "varios
manifestantes más fueron también golpeados bajo custodia".
"Las protestas pacíficas fueron disueltas en presencia de varios
periodistas internacionales, lo que arroja dudas sobre las afirmaciones
de la EBU de que el atraer la atención de los medios de comunicación
internacionales hacia Bakú mejoraría la situación de los Derechos
Humanos", advirtió Amnistía.
"El aumento de la cobertura de los medios de comunicación no
servirá de nada si no se persuade a los socios comerciales y
diplomáticos de Azerbaiyán de que actúen en defensa de la libertad de
expresión", manifestó Tucker. "Las autoridades azeríes parecen pensar
que pueden salir indemnes de una cobertura informativa negativa, y eso
da lugar a una nueva represión de la disidencia", advirtió.
Amnistía Internacional ha constatado "una nueva oleada de
violaciones de Derechos Humanos en Azerbaiyán", aseguró la organización.
Un informe reciente, prosiguió, ha documentado numerosos casos de
ataques, chantajes y encarcelamiento contra periodistas y defensores y
defensoras de los Derechos Humanos. "La EBU no ha comentado públicamente
ninguno de esos casos", lamentó.
Amnistía Internacional ha alertado también sobre las posibles
represalias a que se enfrentan, una vez concluido el festival, los
activistas locales que han tratado de utilizar Eurovisión para llamar la
atención hacia los abusos contra los Derechos Humanos.
"Los periódicos estatales ya han emprendido una campaña de
difamación contra los líderes de la campaña 'Sing for Democracy'
('Cantar por la Democracia'), a los que han calificado de agentes de la
vecina Armenia, con la que Azerbaiyán mantiene una disputa territorial
desde hace 20 años", advirtió.
"Confiamos en que los periodistas internacionales con los que
hemos hablado en las últimas semanas no nos olviden después de
Eurovisión", ha manifestado Rasul Jafarov, uno de los organizadores de
'Sing for Democracy'. "Eso podría ser muy peligroso para nosotros",
aseveró.
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