BARCELONA.- El presidente de Laboratorios Grifols dejó de lado lo políticamente correcto y
pronunció un duro discurso en Barcelona que dejó atónito a más de uno.
Arremetió contra las administraciones públicas, contra los sindicatos,
contra el sistema autonómico y hasta contra la monarquía. Dijo que su
empresa no invertirá más en España mientras “las cosas no cambien” y que
en caso de abandonar Cataluña, la compañía nunca se iría a Madrid,
“antes me voy a Gibraltar”, indicó.
Víctor Grifols advirtió anoche en una cena de gala de la Asociación Española de Analistas Financieros, que premió la trayectoria profesional del empresario catalán, que no se ve capaz de continuar invirtiendo en España y que la compañía se irá marchando a EEUU.
Si la empresa catalana prefiere invertir en EEUU en vez de en España, explicó, no es porque allí las condiciones laborales o salariales sean mejores, sino porque aquí no se garantiza "una cosa tan trivial como el agua", según sus declaraciones.
Víctor Grifols puso como ejemplo el caso de la planta de la compañía de Parets del Vallès, en Barcelona, que necesita millones de litros de agua diarios para funcionar, pero que ni eso tiene asegurado. Por ello, en presencia del conseller de Salud, Boi Ruiz, y de más de un centenar de analistas, insistió: "Grifols no invertirá aquí mientras no tenga agua".
Sobre la difícil situación que vive actualmente España, el empresario afirmó que el origen del problema no es sólo económico o financiero, sino que "se ha roto la máquina” de la democracia. "Tenemos un país", señaló, en el que "la monarquía empieza a patinar", los sindicatos "no saben qué hacen", las autonomías "son accesorios que encima molestan" y existe un Senado que "no se sabe para qué sirve". "Alguien tiene que cambiar algo en esa máquina que está rota" y en la que no se han realizado cambios en los últimos 35 años, remarcó.
Víctor Grifols además dejó claro que el hecho de que su compañía sea española la ha perjudicado. Si hubiésemos nacido en Alemania hoy seríamos más grandes que Pfizer", su principal competidor, indicó y además aseguró que en España "hay empresas buenísimas que nacen castradas" por las limitaciones del propio país.
Además, explicó que "no pueden depender" de un país en el que es el Gobierno el que fija el precio de los medicamentos "y encima no paga". "Vendemos fuera porque allí se cobra y aquí no", aseveró, tras recordar que esta situación no es de ahora, sino que se viene produciendo desde la década de 1980. Ese fue precisamente el motivo por el que la compañía se abrió en 1987 al exterior e internacionalizó su negocio. Hoy en día, el 92% de sus ventas provienen de fuera de España y el 80% de su actividad industrial está también en el extranjero.
Víctor Grifols animó a las empresas a salir al exterior, y negó taxativamente que España sea actualmente un país de emigrantes por el simple hecho de que muchos de sus profesionales hayan tenido que salir del país para desarrollar su trabajo. "Hoy se dice que la gente emigra. ¡Qué coño! Son expatriados, gente a la que se manda fuera y volverá más rica de lo que era", manifestó el empresario catalán, que añadió: "No mandamos muertos de hambre fuera", sino que "exportamos talento".
A pesar de que los analistas financieros otorgaron a Grifols la Insignia de Oro por su trayectoria profesional, el empresario dedicó también unas palabras de reproche a este colectivo, a quienes recriminó que lleven a cabo sus análisis y proyecciones sin consultar siquiera con la propia empresa. Por eso, les explicó: "Grifols va bien. La próxima vez que quieran analizarnos, llámennos".
Víctor Grifols advirtió anoche en una cena de gala de la Asociación Española de Analistas Financieros, que premió la trayectoria profesional del empresario catalán, que no se ve capaz de continuar invirtiendo en España y que la compañía se irá marchando a EEUU.
Si la empresa catalana prefiere invertir en EEUU en vez de en España, explicó, no es porque allí las condiciones laborales o salariales sean mejores, sino porque aquí no se garantiza "una cosa tan trivial como el agua", según sus declaraciones.
Víctor Grifols puso como ejemplo el caso de la planta de la compañía de Parets del Vallès, en Barcelona, que necesita millones de litros de agua diarios para funcionar, pero que ni eso tiene asegurado. Por ello, en presencia del conseller de Salud, Boi Ruiz, y de más de un centenar de analistas, insistió: "Grifols no invertirá aquí mientras no tenga agua".
Sobre la difícil situación que vive actualmente España, el empresario afirmó que el origen del problema no es sólo económico o financiero, sino que "se ha roto la máquina” de la democracia. "Tenemos un país", señaló, en el que "la monarquía empieza a patinar", los sindicatos "no saben qué hacen", las autonomías "son accesorios que encima molestan" y existe un Senado que "no se sabe para qué sirve". "Alguien tiene que cambiar algo en esa máquina que está rota" y en la que no se han realizado cambios en los últimos 35 años, remarcó.
Víctor Grifols además dejó claro que el hecho de que su compañía sea española la ha perjudicado. Si hubiésemos nacido en Alemania hoy seríamos más grandes que Pfizer", su principal competidor, indicó y además aseguró que en España "hay empresas buenísimas que nacen castradas" por las limitaciones del propio país.
Además, explicó que "no pueden depender" de un país en el que es el Gobierno el que fija el precio de los medicamentos "y encima no paga". "Vendemos fuera porque allí se cobra y aquí no", aseveró, tras recordar que esta situación no es de ahora, sino que se viene produciendo desde la década de 1980. Ese fue precisamente el motivo por el que la compañía se abrió en 1987 al exterior e internacionalizó su negocio. Hoy en día, el 92% de sus ventas provienen de fuera de España y el 80% de su actividad industrial está también en el extranjero.
Víctor Grifols animó a las empresas a salir al exterior, y negó taxativamente que España sea actualmente un país de emigrantes por el simple hecho de que muchos de sus profesionales hayan tenido que salir del país para desarrollar su trabajo. "Hoy se dice que la gente emigra. ¡Qué coño! Son expatriados, gente a la que se manda fuera y volverá más rica de lo que era", manifestó el empresario catalán, que añadió: "No mandamos muertos de hambre fuera", sino que "exportamos talento".
A pesar de que los analistas financieros otorgaron a Grifols la Insignia de Oro por su trayectoria profesional, el empresario dedicó también unas palabras de reproche a este colectivo, a quienes recriminó que lleven a cabo sus análisis y proyecciones sin consultar siquiera con la propia empresa. Por eso, les explicó: "Grifols va bien. La próxima vez que quieran analizarnos, llámennos".
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