Hace días, en otro artículo, ya avisaba de que lo que estos asaltadores de la verdad se proponían no era otra cosa que poner un parche, acallar a la enfurecida ciudadanía y seguir como vasallos, que son, al servicio de la banca.
Estos anti populares, populares, pretenden tomarnos por tontos con una publicidad engañosa que, de hacerla una empresa, sería un delito por así estar tipificado en nuestro Código Penal, pero que al hacerlo este gobierno farrullero, que nos ha tocado en suerte, se convierte en una medida que pretenden que aplaudamos.
Recuerdan a la señora que no hace mucho, agobiada por los malditos bancos, saltó al vacío desde su piso embargado en Baracaldo, pues bien con ésta medida que, con seguridad los bancos aplauden, se volvería a suicidar pues ni uno solo de los condicionantes que ha puesto el gobierno la salvarían del desahucio.
Falsos, mentirosos, manipuladores, ¿hasta cuando mantendrán los españoles a un gobierno, prepotente e impotente y sin un ápice de credibilidad?
Hasta la judicatura, eterna aliada de la derecha, les da la espalda viendo la sangría que están cometiendo con su manera de dirigir España. Les ha costado, no crean, aunque finalmente se han sumado y hasta abanderado el clamor popular que dice basta ya .
Son los jueces los que han puesto en cuarentena unas leyes que, por el hecho de ser legítimas, no dejan de tener una ilegalidad moral, que rebasa todos los límites permitidos; unas leyes que los que nos gobierna pueden cambiar de un plumazo si se lo proponen, pero que no lo harán hasta que no sean los ciudadanos los que, con su fuerza, lo hagan tomando largamente las calles, sin la violencia de la que hacen gala algunos energúmenos, quienes con sus actos vandálicos, no representan a la mayoría, como tampoco representan a la policía y mucho menos a los ciudadanos; otros energúmenos que, con impunidad, se esconden tras el uniforme para pagar con el más débil la furia que siente al defender esa “la ley” que los viene ahorcando con la rebaja de sus sueldos.
No pasará mucho tiempo para que de nuevo los ciudadanos tengan que salir a la calle y le vuelvan a decir a este gobierno, perro guardián del sector bancario, que no nos representa; para entonces nuevas familias afectadas por la ignominia de unas leyes abusivas se verán en la calle viendo como las raposas de la especulación se adueñan impunemente de toda su vida.
Entonces vendrán nuevos suicidios de inocentes del sistema y no me quedará más remedio que seguir protestando con las palabras que aquí ven, mientras maldigo en voz baja leyes injustas y a los políticos impíos de corazón que las aprueban. También a los que no las cambian y a los que, estando gobernando, tampoco lo hicieron.
Gabriel Sánchez
* Ex director de Diario de Andalucía.
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