LISBOA.- En Portugal, el paro y la caída drástica de los ingresos familiares
han empujado a algunos colegios a dejar abierto el comedor escolar
durante las vacaciones de Navidad para que los niños puedan comer.
Se calcula que unos 13.000 alumnos en todo el país carecen de una alimentación apropiada.
“El año pasado se apuntaron unos 3.000 estudiantes y este tenemos
unos 4.000. Eso es debido a la situación del país y hay muchos niños que
su única comida es la que reciben en la escuela”, decía Firmino
Pereira, un responsable del ayuntamiento de Gaia, una ciudad del norte
de Portugal.
Las medidas de austeridad impuestas desde Bruselas están empujando a
la pobreza a muchas familias de clase media. La administración
portuguesa no da abasto y los comedores sociales están saturados.
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