MADRID.- El entorno del expresidente del Gobierno José María Aznar trata de
evitar como sea que la investigación sobre el ‘caso Bárcenas’, y que se
centra en sus negocios internacionales y sus cuentas en Suiza, salpique a
su yerno, Alejandro Agag. Y es que, este joven empresario se vio
implicado en el ‘caso Gürtel’ por su amistad con su cabecilla, Francisco
Correa, que fue uno de los 24 testigos de su boda.
La figura del
yerno de Aznar vuelve a dar que hablar en las filas del PP. El sector
aznarista del partido se ha puesto manos a la obra para evitar que el
nombre de Alejandro Agag se vea salpicado por la polémica desatada por
el extesorero Luis Bárcenas. Y es que, el caso del que fuera responsable
de las arcas de Génova se centra en sus cuentas en Suiza, así como en
sus negocios internacionales. Una investigación muy similar a la del
Gürtel, donde Bárcenas está imputado, y que salpicó al yerno del
expresidente del Gobierno.
Agag apareció en un informe elaborado
por la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía
Nacional sobre la participación de cargos públicos en las actividades de
Correa, que se incluía en el sumario de esta trama, según recogían los
medios en su día. En concreto, tal y como se hicieron eco algunos
diarios, el yerno de Aznar estaba en las anotaciones contables de la
'caja B' de las empresas de Correa, junto a Álvaro Pérez 'El Bigotes', o
los populares Gerardo Galeote y Ricardo Galeote.
Asimismo, su
nombre salió a colación cuando su socio Jacobo Gordon, según El País,
admitió en la Audiencia Nacional que recibió 600.000 euros del número
dos de esta trama, Pablo Crespo para una operación urbanística que
efectuó en La Nucia.
Todo esto provocó que Agag estuviera en
entredicho. Una situación por la que ahora los aznaristas no están
dispuestos a volver a pasar. Para ello, se están esforzando en desligar
cualquier actividad relacionada con este joven empresario con los
negocios de Bárcenas y estas nuevas revelaciones ante la impasibilidad
de la dirección nacional del PP.
Y es que, según denuncia este
sector del partido, tanto Mariano Rajoy como la cúpula de Génova se han
quedado de brazos cruzados viendo cómo se sembraban dudas sobre la
gestión de Aznar al frente del partido y la polémica sobre el pago de
sobresueldos.
La propia esposa de Aznar, Ana Botella, tuvo que
reclamar al líder del PP en febrero de 2009 que defendiera a su marido
ante la ‘explosión’ del Gürtel. “Me parece muy bien el apoyo interno
–ante esta trama-, pero me gustaría que sea a toda la etapa del partido
incluida la del presidente Aznar”, exigió a Rajoy que le aseguró que así
se haría.
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