MADRID.- Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas, tesoreros del PP
entre 1990 y 2009, llevaron durante ese periodo en varios cuadernos
manuscritos un registro de entradas de dinero (donativos de empresarios)
y salidas (pagos periódicos a miembros de la cúpula del partido
y otros gastos de funcionamiento). Esta contabilidad secreta, a la que
ha tenido acceso EL PAÍS, se estructura en tres apartados: uno con las
aportaciones realizadas al PP con fecha, origen y cantidad; otro que
muestra pagos con el nombre del destinatario, fecha y cantidad recibida,
y un último con el saldo final de los movimientos de dinero, según un extenso informe que hoy publica 'El País'.
Cada año, según las anotaciones que manejaba Bárcenas, se reservaban
cantidades de las donaciones recibidas para ingresarlas en un banco
(Banco de Vitoria, absorbido por Banesto en 2003). El hecho de que solo
una parte de todo lo recaudado acabase transferido a una cuenta en dicha
entidad como “donativos” sugiere una posible financiación irregular del
PP, en el caso de que no se declarara todo lo que se había recibido.
Los documentos a los que ha accedido EL PAÍS recogen el periodo
comprendido entre 1990 y 2008, con la excepción de los años 1993, 1994,
1995 y 1996. Las anotaciones registran pagos periódicos a miembros de la
cúpula del partido a partir de 1997, con José María Aznar
en la presidencia del PP y un año después de la victoria electoral que
le llevó a La Moncloa. En lo consignado en los primeros meses de 1990 y
en dos meses de 1997 aparecen pagos a “J.M”. Las únicas entregas que
aparecen en la lista correspondiente al año 1990 son las referidas a
“J.M”.
La primera anotación, de abril de 1990, registra: “Saldo inicial
(entrega R. N). Ingreso 8 [millones de pesetas], saldo 8”. Las iniciales
hacen referencia, supuestamente, a Rosendo Naseiro, anterior tesorero popular que se vio implicado, y absuelto por defectos de forma, en un escándalo de financiación ilegal de la formación conservadora.
Desde 1997, los papeles registran una mecánica periódica de pagos a
todos los secretarios generales y vicesecretarios que ha tenido el PP.
Entre ellos figura el actual presidente del Gobierno y del partido, por
entonces vicesecretario general, Mariano Rajoy; los también vicesecretarios Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, así como los secretarios generales Francisco Álvarez-Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes y Dolores de Cospedal.
Álvarez-Cascos fue el único que, según las anotaciones, siguió
figurando como receptor de dinero tras dejar la secretaría general.
Rajoy empieza a aparecer en las anotaciones en 1997 con pagos
semestrales de 2.100.000 pesetas o trimestrales de 1.050.000 pesetas que
a partir de 2002 pasan a ser de su equivalente en euros (12.600 euros
semestrales o 6.300 euros trimestrales), siempre sin variar la cantidad
anual de 25.200 euros. Los pagos se extienden hasta 2008.
Los papeles de Bárcenas registran que las entregas a Ángel Acebes y
Jaime Mayor Oreja eran del mismo importe que las de Rajoy (6.300 euros
trimestrales). La cantidad que figura en el caso de Rato es de 6.850
euros trimestrales, mientras que los mayores pagos son los de Arenas y
Álvarez Cascos, con 9.900 euros trimestrales.
La contabilidad que maneja Bárcenas no tiene relación alguna con
fondos recibidos por el PP del Estado en el marco de la financiación
pública de los partidos. Al contrario, reflejan exclusivamente
donaciones privadas de empresarios y compañías conocidas, sobre todo del
sector de la construcción. Entre ellos figura Luis del Rivero (con su
nombre completo o como “L. del R.”), con 120.000 euros en 2004, cuando
era vicepresidente de Sacyr Vallehermoso,
y con 260.000 euros en 2006, ya como presidente. También figuran
ingresos de “J. M. Villar Mir”, en supuesta referencia al presidente de OHL,
Juan Miguel Villar Mir, con tres ingresos de 100.000, 180.000 y 250.000
euros en 2004, 2006 y 2008, respectivamente. José Mayor Oreja,
presidente de FCC Construcción
y hermano del ex ministro del Interior, aparece con dos pagos de 90.000
y 75.000 euros en 2008. En dos ingresos de 2004 y 2008 figura
“Mercadona” con 90.000 y 150.000 euros. Todos ellos han negado,
directamente, o a través de portavoces, haber efectuado donaciones al
Partido Popular.
Entre las anotaciones que hacen referencia a ingresos, figuran también Pablo Crespo, ex número dos de la trama empresarial de Francisco Correa; Alfonso García Pozuelo, propietario de Constructora Hispánica, y Juan Cotino, de la empresa valenciana de servicios Sedesa. Todos ellos resultaron más tarde imputados en el caso Gürtel por presunta financiación irregular del PP o pago de comisiones ilegales para la obtención de contratos públicos en administraciones gobernadas por este partido.
El 11 de marzo de 2004, la contabilidad de Bárcenas refleja un
ingreso de 200.000 euros al PP atribuido a Juan Cotino. En mayo de 1999,
Pablo Crespo ingresó, siempre según los documentos, 21 millones de
pesetas. De García Pozuelo hay consignadas hasta media docena de
entregas de dinero al partido que oscilan entre los 18.000 y los 30.000
euros.
Además de las empresas, hay anotadas cantidades llegadas de diversos
puntos de España. Junto a la expresión “Galicia (O.C.)”, “De Málaga”,
“La Rioja” o “Palencia”, aparecen, en diferentes ocasiones, cantidades
que oscilan entre los 18.000 y 30.000 euros.
La contabilidad secreta de Bárcenas no tiene nada que ver con el pago
ordinario de nóminas y salarios del personal del partido. Tan solo
incluye anotaciones de entregas a la cúpula y, muy esporádicamente, a
otros cargos como Ana Palacio (con una entrega) o Pilar del Castillo (que aparece dos veces).
Además, incluye gastos de funcionamiento ordinario del partido como
servicios de asesoría jurídica, encuestas o estudios, y otros
desembolsos de variada naturaleza.
El día 10 de febrero de 2004 se registra un pago de 6.000 euros a
Pilar del Castillo, entonces ministra de Educación, mientras que ese
mismo día se consigna otro pago para Ana Palacio, en aquel tiempo
titular de Exteriores, por la misma cantidad. Del Castillo recibe, según
la anotación, un segundo pago por 3.000 euros. Estas son las únicas
entregas que se reflejan a miembros del Gobierno que no formaban parte
de la ejecutiva del partido.
De Federico Trillo,
durante años responsable del área jurídica del PP, se anotan pagos que
van de 3.000 euros hasta 36.000 a lo largo de varios años. No son
periódicos y parecen reflejar contraprestaciones por servicios
realizados. Los papeles de Barcenas concluyen en 2008. En 2009, fuera de
estas anotaciones, se le pagaron 69.000 euros a Trillo como asesoría
jurídica a imputados del PP en el caso Gürtel, lo que permite suponer que los gastos anteriores que refleja la contabilidad son por servicios similares.
Pedro Arriola, uno de los principales asesores
de los presidentes que ha tenido el PP y encargado de los estudios
demoscópicos, también aparece en las anotaciones como receptor de
cantidades que van de 100.000 hasta 161.000 euros. Arriola ha aclarado a
EL PAÍS que nunca tuvo contacto con el tesorero y que, efectivamente,
factura al PP desde 1990 distintas cantidades anuales, primero en
talones y luego por transferencia. Según recordó, la cantidad estipulada
en su contrato no coincide con la registrada en los papeles de
Bárcenas.
La contabilidad anota también pagos esporádicos sin continuidad en el
tiempo. Entre ellos figura una ayuda de 18.000 euros en 2001 a la viuda
de un concejal del PP asesinado por ETA. Además, hay dos aportaciones
al portal de Internet Libertad Digital, de Federico Jiménez Losantos,
por un total de 36.100 euros en diciembre de 2004. La organización vasca
Basta Ya figura con una ayuda de 3.005 euros en el primer semestre de
2002.
También aparecen anotadas salidas de caja para vestuario. Así, en
junio de 2006 aparece una partida de 667 euros para “corbatas
presidente”. En diciembre de ese mismo año aparece otra de 9.100 euros
bajo el concepto “Trajes Mariano”. En abril de 2008, salen de caja otros
11.020 euros para “Trajes M. R.”. Otra partida de vestuario de 5.720
euros en julio de 2006 para “trajes y camisas” no identifica al
destinatario.
La contabilidad refleja pagos periódicos y continuos desde 1997,
siempre con las mismas cantidades (a veces por trimestres y a veces por
semestres, en este caso el doble) con el nombre completo de Mariano
Rajoy en muchas ocasiones y con iniciales en otras. Al igual ocurre con
Ángel Acebes y con el resto de miembros de la cúpula del PP.
Aunque la contabilidad que llevaban Bárcenas y Lapuerta solo alcanza
hasta finales de 2008, también hay anotados pagos a Dolores de Cospedal
—dos trimestres (julio a septiembre y octubre a diciembre) a razón de
7.500 euros cada uno—, que ocupa el cargo de secretaria general desde
finales de junio de ese año. La primera anotación sobre la actual número dos
del partido data del 7 de julio de 2008. Cospedal resultó elegida para
el cargo en el congreso celebrado por el partido un mes antes en
Valencia.
Tanto Cospedal como sus antecesores Acebes, Arenas y Álvarez Cascos,
así como los que ocuparon el puesto de vicesecretario general (Rato y
Mayor Oreja) han asegurado a EL PAÍS que nunca han cobrado en efectivo pagos trimestrales o semestrales del tesorero, y que todo lo que han recibido del partido ha sido declarado a Hacienda.
Cospedal aseguró en público,
a raíz del estallido del escándalo de las presuntas entregas de dinero a
la cúpula del PP, que no tenía constancia de esas prácticas. Sin
embargo, fuentes de la dirección del partido indicaron a EL PAÍS que la
secretaria general ha comentado en su entorno que fue ella quien puso
fin a esas prácticas al acceder al cargo.
El presidente Rajoy declinó, a través de un portavoz y a
requerimiento de EL PAÍS, pronunciarse sobre los documentos y su
contenido hasta que se conozca el resultado de las auditorías interna y externa que encargó sobre las cuentas del partido.
Los pagos a la cúpula del PP reflejados en las anotaciones no
tributaban a Hacienda, según fuentes próximas a los dos ex tesoreros,
porque se entregaban como gastos de representación que los beneficiados
supuestamente no debían justificar. De no haberlos declarado a Hacienda,
los dirigentes del PP habrían cometido una infracción tributaria, pero
en ningún caso un delito fiscal porque las cantidades defraudadas son
inferiores a los 120.000 euros al año. Además, solo se podrían perseguir
las infracciones posteriores a 2007, pues las anteriores habrían
prescrito.
Una o varias veces al año la contabilidad registra salidas de dinero,
que se ingresan en un banco bajo el concepto “donativos”. Esta mecánica
sugiere que solo una parte de lo recibido era tramitado por vías
legales y transparentes a través de su ingreso en un banco.
De esta manera, la contabilidad registra entre 2000 y 2003 diversos
ingresos en el Banco de Vitoria con el concepto “donativos”. El Banco de
Vitoria abandonó su marca comercial a finales de 2003 cuando fue
absorbido por Banesto. En la contabilidad que manejaba Bárcenas hay un
apunte de abril de 2004 donde junto al concepto “ingreso donativos Banco
de Vitoria” aparece dibujada una pequeña flecha que apunta a un nombre:
“Banesto”. A partir de ese momento, los ingresos de los donativos en el
banco se identifican con el nuevo nombre de la entidad.
Pese a que, según los documentos analizados por EL PAÍS, solo se
declaró una parte del dinero recibido, el PP sumó entre 1999 y 2007,
según el Tribunal de Cuentas, 33 millones de euros en donaciones, diez veces más que el PSOE en el mismo periodo.
Dirigentes del PP consultados por este periódico temían que los
secretos que Bárcenas guardaba en las nueve cajas de documentación que
sacó de la sede del partido en vísperas de ser imputado por el caso Gürtel acabaran estallándole a la formación conservadora y al Gobierno de Rajoy.
El descubrimiento de una cuenta secreta en Suiza
donde Bárcenas llegó a acumular hasta 22 millones de euros, fruto de
sus negocios a lo largo del tiempo, según el extesorero, hizo aumentar
la preocupación entre los dirigentes del PP respecto a la información
que como consecuencia del hallazgo judicial pudiera salir relacionada
con las cuentas del partido. Sus temores se hicieron realidad cuando El Mundo
informó de estos pagos procedentes de supuestas comisiones ilegales. En
esa información se excluía del cobro de los mismos expresamente a
Rajoy, en contra de lo que señala la contabilidad de Bárcenas, y a
Cospedal, que según los mismos registros recibió dinero cuando fue
elegida secretaria general.
Bárcenas ha sido junto a Lapuerta, con el que trabajó de gerente
durante 18 años, el dueño de la caja del PP, la persona que conocía
todos los detalles de cómo se financiaba la formación conservadora, a
quién debían favores y quienes se beneficiaban de las aportaciones.
Bárcenas, que no
aparece como receptor de dinero en esa lista que controlaba, tenía un
salario muy por encima del resto de ejecutivos del partido. Desde 2000
cobraba, de media, 200.000 euros al año. Y a partir de 2007, empezó a
cobrar mediante dos ingresos: uno de la nómina y otro, muy superior, con
el enunciado “transferencia del PP”. Dirigentes del partido han
transmitido a EL PAÍS sus sospechas de que el extesorero, que durante 20
años controló todas las aportaciones privadas, pudo quedarse con un
parte de ese dinero sin registrarlo en la contabilidad secreta. Esas
sustracciones, siempre según las mismas fuentes del PP, podrían haber
engrosado las cuentas en Suiza descubiertas al extesorero en la
investigación de la trama Gürtel.
Durante el proceso judicial del caso Gürtel, Bárcenas sintió
que el partido en el que había trabajado 20 años le abandonaba a su
suerte. Hasta el punto de que el PP dejó de pagar la minuta de su
abogado. Bárcenas logró que en septiembre de 2011 el juez archivara la
causa contra él pese a que aún no había llegado el resultado de las
comisiones rogatorias en Suiza en busca de cuentas secretas. Pero la
Audiencia reabrió el caso en 2012 tras un recurso de la Fiscalía.
Desde entonces, el Ministerio de Justicia y la Fiscalía General del
Estado han recibido presiones desde distintos sectores del PP para
buscar una salida que dañe lo menos posible al partido y al Gobierno.
Estas presiones se intensificaron tras conocerse la cuenta suiza donde
Bárcenas acumuló 22 millones.
FE DE ERRORES
Juan Cotino, que figura en los papeles de Bárcenas, es presidente de
las Cortes Valencianas y no propietario de la empresa valenciana de
servicios Sedesa. Este sería su tío Vicente Cotino.
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