BERLÍN.- El Gobierno alemán ha aprobado el proyecto de
ley de reforma del sector financiero, que forzará a las entidades
alemanas a separar sus negocios de riesgo del resto de su actividad y
que incluye la posibilidad de imponer penas de prisión a los banqueros
que pongan en aprietos a sus entidades o al conjunto del sistema por una
gestión imprudente.
La nueva legislación, que aún debe pasar el trámite parlamentario,
pretende prevenir la repetición de una crisis como la del 2008, cuando
varias entidades germanas tuvieron que ser rescatadas con dinero
público.
"Representa un nuevo paso en nuestros esfuerzos por aprender de lo
ocurrido en la crisis financiera de 2008 y 2009", dijo Schaeuble en
declaraciones a los medios tras la reunión del Gabinete.
"Sabemos que la desregulación exagerada de los mercados
financieros fue un error (...) Ningún mercado, ningún actor y ningún
producto financiero quedará sin supervisión", añadió.
En concreto, los bancos alemanes tendrán la obligación de aislar
sus actividades de negociación por cuenta propia ('proprietary trading')
del negocio de banca minorista cuando los activos asociados a estas
actividades superen los 100.000 millones de euros o supongan más del 20%
del balance de la entidad, por lo que Schaeuble apuntó que sólo
afectará a "unos 10 ó 12 bancos, según los parámetros de 2011".
Entre las medidas más comentadas, destaca la provisión de imponer
penas de carcel de hasta cinco años de duración para aquellos directivos
cuya imprudente gestión implique riesgos para la viabilidad de las
entidades.
Asimismo, los bancos deberán elaborar planes de recuperación y de
resolución que serán aplicados en caso de que atraviesen dificultades
que amenacen a todo el sistema financiero. El objetivo de esta medida es
estar mejor preparados para posibles emergencias y evitar que tenga
consecuencias para los contribuyentes.
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