PARÍS.- La izquierda radical, que critica las "promesas
traicionadas" por los socialistas en el poder en Francia, reunió este
domingo a decenas de miles de manifestantes en París en una demostración
de fuerza un día antes de que se cumpla el primer aniversario de la
elección de François Hollande como presidente.
En vísperas del primer aniversario de su victoria en las elecciones presidenciales del 6 de mayo de 2012 contra el expresidente Nicolas Sarkozy,
los seguidores del Frente de Izquierda (FG), liderados por Jean-Luc
Mélenchon, convocaron una "manifestación ciudadana" en París contra la
"austeridad, las finanzas y por una VI República".
Al comienzo de la concentración decenas de miles de personas se
reunieron en la plaza de la Bastilla, lugar emblemático de la Revolución
Francesa de 1789, para escuchar a Mélenchon. Su partido reivindicó la
asistencia de 180.000 manifestantes, mientras que la policía avanzó la
cifra de 30.000 participantes.
"No queremos a las finanzas en el poder. No aceptamos las políticas de austeridad", dijo Mélenchon.
Una vez más, el líder de la izquierda radical criticó al presidente
François Hollande y aseguró que "el tiempo de prueba terminó".
"Si usted no sabe cómo actuar, nosotros sabemos", añadió el
excandidato a la presidencia en 2012, al tiempo que denunció las
"maniobras que consisten en hacer promesas traicionadas".
El número uno del Partido Comunista, Pierre Laurent, lamentó "un año
perdido para el cambio". Esta "marcha ciudadana" es una "llamada a
volverse a movilizar, una llamada a retomar el combate ahí donde el
gobierno renunció rápidamente".
En los últimos meses, y a medida que empeoraba la situación económica
y se cerraban empresas en Francia, Mélenchon disparó sus dardos contra
el ejecutivo socialista a tal punto que el gobierno ha dejado de
considerar a la izquierda radical como un aliado.
Antes de la manifestación del domingo, Mélenchon incluso acusó al
mandatario francés de ser "una de las causas de la crisis, al igual que
(Angela) Merkel y otros dirigentes europeos que han hecho la elección de
la austeridad".
Reunidos en el suroeste de Francia, las grandes figuras del Partido
Socialista denunciaron la estrategia del "ruido" de Jean-Luc Mélenchon y
le acusaron de dividir a la izquierda.
En paralelo, miles de opositores a la ley que abre la vía al
matrimonio entre personas del mismo sexo y a la adopción por las parejas
homosexuales, han convocado manifestaciones en París y otras ciudades.
Pese a la aprobación definitiva de la ley por el Parlamento y a los
sondeos que indican que dos tercios de los franceses se oponen a seguir
las protestas, los organizadores de la "Manifestación para todos" no se
dan por vencidos aunque las primeras bodas entre personas del mismo sexo
podrían empezar a celebrarse a partir de junio.
En París, unas 15.000 personas, según la policía, se reunieron en el
centro de la capital gritando consignas como "No a la PMA" (procreación
médica asistida) y "No a la GPA" (vientre de alquiler).
Abuelos, padres e hijos se congregaron en una inmensa explanada,
cerca de pancartas en las que podía leerse "Todos nacidos de un hombre y
de una mujer" o "La manifestación para todos - Queremos trabajo, no
matrimonio homosexual".
Por su parte, el gobierno, que no prevé por el momento una gran
reforma social, trata de dar la imagen de que se concentra en la
solución de los problemas económicos.
El lunes, el jefe del Estado y su primer ministro, Jean-Marc Ayrault,
reúnen un seminario de trabajo para preparar "los próximos meses",
según la portavoz del gobierno.
Primer presidente de izquierda desde François Mitterrand (1981-95),
el socialista Hollande se encuentra un año después de su elección al
frente de un país al borde de la recesión.
Con tres cuartos de los franceses que se declaran "descontentos",
François Hollande se ha convertido en el presidente más impopular al
cabo de un año de mandato.
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