MADRID.- “La democracia española necesita una revisión completa,
empezando por las instituciones que la conforman, el sistema electoral,
los gobiernos, los partidos, el papel que se les da a las organizaciones
representativas”. Pocos políticos españoles se atreven a criticar de
lleno el actual sistema democrático como el extremeño César Ramos. Diputado Autonómico en la Asamblea de Extremadura por el PSOE, César acaba de publicar el libro #DemocraciaHacker (Algón Editores).
En él, César aborda en clave divulgativa los profundos cambios
tecnológicos que están modificando todos los ámbitos de la sociedad.
De los espacios de co-working a procesos colaborativos (crowd sourcing, crowd funding), de plataformas abiertas (wikis)
al software libre o mecanismos de participación política, César hace un
repaso por el cambio de piel que está sufriendo la democracia
occidental. Cada capítulo tiene un decálogo del ‘Político
hacker’. César sugiere una alianza de colectivos, políticos e
instituciones para cambiar el sistema totalmente. Esta entrevista se ha
realizado por correo electrónico, completando la misma tras la primera
tanda de respuestas.
¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre ética hacker y democracia?
Hace tiempo leí el libro de Pekka Himanen sobre la ética hacker, que
va impregnando poco a poco toda la sociedad menos una parte: nuestro
sistema democrático, un sistema que nació durante la revolución
industrial. Se ha producido otra revolución hace veinte años, la de la
sociedad de la información, que lo ha cambiado todo, menos nuestro
sistema democrático. Lo que planteo en #DemocraciaHacker es una adaptación de nuestra democracia a la sociedad actual.
¿Cómo influyó el hecho de haber participado en política en
una región como Extremadura, que implementó el programa Linex y migró
hacia el software libre hace muchos años convirtiéndose en toda una
referencia mundial?
Fue la inspiración para entender todos los ingredientes necesarios
para componer Democracia Hacker. Me siento orgulloso de ser
representante público en una región que entendió mucho antes que la
mayoría el papel importantísimo que iban a jugar las TIC (Tecnologías de
la Información y Comunicación) en la nueva sociedad.
¿Qué dinámicas del proceso del software libre, de cómo se
fragua su programación y de cómo se mejora su funcionamiento en
comunidades abiertas, te llamaron la atención?
La colaboración y cómo el software libre aprovecha el talento
existente en la sociedad de la mejor forma posible para generar
conocimiento compartido.
Otros dos conceptos interesantes del software libre son el
‘prototipo’ (algo no definitivo, en contraposición a ‘modelo’) y el
estado beta (inacabado). ¿Serían aplicables a la democracia?
Claro que sí, creo en que la política debe estar en beta permanente,
porque siempre debe estar mejorándose y adaptándose a los cambios que se
dan en la sociedad, algo que se produce cada día a más velocidad. De lo
contrario, la política siempre estará desfasada y será incapaz de hacer
frente a los retos que se planteen.
El libro tiene un claro carácter divulgativo, es accesible a
todo el mundo. Hay una larga introducción a conceptos como software
libre, crowd funding, coworking, wiki, crowdsourcing,
ética hacker… Conceptos que no suelen ir asociados a la política. ¿Por
qué consideras que es necesario aclarar esos conceptos para introducir
la #democraciahacker?
Porque son conceptos conocidos a día de hoy solo por una parte de la
sociedad, por lo que es necesario darlos a conocer a todo el público
para que sea más sencillo entender las propuestas que se hacen para un
nuevo sistema democrático.
El término hacker suele estar asociado en los medios de comunicación a algo negativo. Se confunde con cracker. Ni hablamos de los entornos políticos. ¿Por qué apostar por un juego de palabras tan inédito como #DemocraciaHacker?
Por ser rompedor y para que se asocie la política a una nueva ética
que está basada en la pasión, en la generación de conocimiento
compartido, en la colaboración… en todo lo que representa el concepto
hacker. El estar en política por la pasión de cambiar las cosas y no por
el estar por estar.
El subtítulo del libro es El poder de los ciudadanos. En el capítulo 4, El parlamento: plaza pública, formulas una pregunta: ¿Se imaginan un parlamento en el que los ciudadanos son sus protagonistas? ¿Cómo sería este parlamento?
Un parlamento en el que los ciudadanos son actores principales y no
simples espectadores, donde no se les impide la entrada, donde se les
permite opinar y proponer, un parlamento pensado para solucionar los
problemas de los ciudadanos con su complicidad y la participación.
¿Tienes algún modelo de parlamento participativo en el mundo? ¿Existe ya la #DemocraciaHacker?
No conozco ningún ejemplo de parlamento que cumpla estas
características, pero sí se van poniendo en marcha acciones encaminadas a
ello. En Extremadura la Ley de Gobierno Abierto se elaboró de una forma
distinta, con dinámicas parlamentarias distintas, donde los ciudadanos
podían hacer sus aportaciones y preguntas en tiempo real a los
comparecientes y a los miembros de la comisión. No había turnos
preestablecidos y sí micrófonos abiertos y retransmisión en directo. El
Presidente del Parlamento de Andalucía también ha propuesto cambios para
que los ciudadanos puedan participar directamente en la vida
parlamentaria.
En el mismo capítulo mencionas que las asambleas del 15M han
tenido mayor seguimiento que las parlamentarias e insinúas que por ello
habría que reformular la política. ¿Por qué el parlamento español, los
representantes políticos, muestran tanta resistencia a un cambio que la
mayoría de la sociedad pide a gritos?
Cualquier organización o institución es resistente al cambio por
naturaleza y más si tenemos en cuenta que nuestra democracia tiene una
concepción basada en los funcionamientos de la sociedad de hace más de
dos siglos. Cambios tan profundos no son tan fáciles de llevarlos a la
práctica, hace falta una gran labor de evangelización, que es una de las
cosas que busca el libro; abrir un debate imprescindible.
En el libro, criticas el modelo de partido centralizado, de
listas cerradas y financiación más o menos opaca, que impera en España.
¿Cómo sería el partido ideal?
No creo que exista el partido ideal, pero sí hay que caminar para
adaptarlos a las nueva realidades. Un partido que haga cómplices y
participes a la mayoría de sus miembros y a su público objetivo, un
partido en el que todo el mundo se sienta a gusto y útil.
En el libro también se destaca la política que está surgiendo
en otros espacios, distante de las instituciones. Sin embargo, parece
que consideras la democracia representativa, sus espacios de diálogo y
su marco jurídico como algo necesario. ¿Por qué algunos piensan que los
partidos son las únicas formaciones sociales capacitadas para hacer
política?
A día de hoy creo que los partidos siguen siendo imprescindibles para
cualquier sistema democrático que nos planteemos, seguramente dentro de
unos años podamos avanzar más a otro sistema en el que puedan no ser
necesarios los partidos. Hagamos un ejercicio de imaginación y
reflexiones si es posible un sistema democrático que funcione a día de
hoy sin partidos…. yo creo que la respuesta será: no. Eso sí, los
partidos tienen que cambiar mucho.
No estarías, según deduzco del libro, a favor de modificar la
constitución en un proceso abierto. ¿El modelo de wikiconstitución
cocinado en Islandia no te parece válido?
Al contrario creo que se podría hacer, es más pongo de ejemplo el
proceso llevado a cabo en Islandia y hablo de leyes de código abierto,
claro que estoy de acuerdo y creo que es posible.
Pero no te demuestras favorable al proceso constituyente que se abrió desde algunos colectivos vinculados al 15M…
Creo que el principal problema no son los políticos que tenemos, es
el sistema que tenemos, no se ha adaptado a la nueva sociedad. Sí con un
sistema constituyente sólo cambiamos a los políticos sin cambiar el
sistema, no servirá de nada. El proceso de cambios lo tenemos que hacer
entre todos.
¿Qué te parece el surgimiento de partidos red como el Partido X en España o el Partido de la Red en Argentina?
Creo que el error es relacionarlos tanto con la tecnología porque
puede dar la sensación que la tecnología es un fin y no una herramienta
que facilita las cosas. Yo creo en la tecnología como facilitador, pero
no podemos plantear un sistema donde la tecnología sea el eje central.
Algunas personas critican al Partido X por no revelar sus
caras. Creo que confunden privacidad con transparencia. El Partido X
reivindica la no jerarquía y huye de lideratos personalistas, un
comportamiento muy habitual en el software libre. ¿Qué opinas?
Creo que hay que tender a organizaciones menos jerárquicas y más en
red, pero eso necesita un proceso de entrenamiento en la sociedad desde
el sistema educativo pasando por todos los ámbitos, de lo contrario les
será muy difícil convertirse en opción de mayoría.
En el software libre existe un mecanismo denominado
meritocracia. Quien más conocimiento tiene y mejor hacer demuestra, más
influyente es en la comunidad. ¿Cómo sería un sistema política basado en
la meritocracia? ¿Sería viable?
Sería un sistema en la que a la hora de conformar una lista se
tuviera en cuenta los méritos en el que que los ciudadanos tuvieran la
posibilidad de detectar los méritos de cada uno y elegir al que crean
más adecuado para la tarea que tienen que realizar. Para ello sería
necesario un Gran Hermano entre candidatos, para que los electores
pudieran comprobar cuales son las actitudes y aptitudes de cada uno en
distintas situaciones.
¿El concepto de Gran Hermano no justamente lo contrario, una vigilancia más o menos centralizada?
Necesitamos un sistema que permita detectar y analizar las aptitudes y
actitudes de nuestros representantes públicos, para elegir de esta
forma a los mejores.
Hemos visto que la existencia de datos abiertos es
insuficiente para garantizar una verdadera transparencia. El concepto de
gobierno abierto va un poco más allá. La democracia en red sería el
final del túnel distópico en el que andamos metidos… ¿Ves esta evolución
posible en España?
Claro que lo creo posible, cada día se aprueban en nuestro país más
leyes de transparencia y gobierno abierto, además de ponerse en marcha
estrategias de gobierno abierto. Lo que no comparto es que la mayoría de
ellas surgen ahora como un tratamiento contra la corrupción y la
desafección ciudadana. Debían surgir por un convencimiento real y como
una vacuna.
La prometida Ley de Transparencia del Partido Popular todavía no se ha aprobado. ¿Te parece suficiente?
El borrador registrado es muy insuficiente, pero creo que la presión
ciudadana y los partidos de la oposición van a permitir que quede una
ley de transparencia medianamente decente.
¿Qué reformas urgentes ves necesarias en la democracia española?
Una revisión completa, empezando por las instituciones que la
conforman, el sistema electoral, los gobiernos, los partidos, el papel
que se les da a las organizaciones representativas… En definitiva un
replanteamiento global.
¿Y hay lugar para la monarquía en la nueva sociedad red?
Creo que la monarquía es propia de otra época, por lo que en la
revisión que propongo también entra la Monarquía, pero tenemos que
hacerlo con el beneplácito de la mayoría de la ciudadanía.
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