AMMÁN.- Fuertes combates entre rebeldes y tropas del Gobierno estallaron
durante la noche en la capital de una provincia petrolera en el este de
Siria, según dijeron el domingo residentes y activistas, en la última
escalada de violencia en una zona tribal en la frontera con Irak.
Rebeldes armados con lanzagranadas atacaron posiciones de tanques
en el sector este de la ciudad de Deir al Zor, en el río Eúfrates, en
respuesta a una ofensiva militar contra varios pueblos en la provincia,
matando a decenas de personas en los últimos días y dejando a otros sin
acceso a suministros y atención médica, señalaron
"No tenemos una cifra de muertos porque nadie se atreve a salir a
la calle", dijo Ghaith Abdelsalam, un activista de oposición que vive
cerca de la rotonda Ghasan Abud, que se ha convertido en un punto clave
en los enfrentamientos en la ciudad.
"La población ha estado atrapada y el malestar se ha
concentrado", dijo, agregando que las riñas remitieron a primera hora de
la mañana tras desatarse durante la noche.
El Ejército aún tiene tanques y armamento pesado en ciudades y
pueblos, infringiendo la tregua que supervisa un equipo de Naciones
Unidas, mientras que los rebeldes siguen con sus ataques de guerrilla
contra convoyes militares y bloqueando caminos al Ejército, según
testigos y fuentes de oposición.
Unos 50 de los 300 observadores de la misión han llegado a Siria
para supervisar el alto el fuego declarado el 12 de abril, pero su
presencia no ha puesto fin a los 14 meses de violencia.
Las autoridades dicen que están combatiendo lo que consideran
terroristas apoyados desde el extranjero en Deir al Zor y el resto del
país, que intentan sabotear lo que la prensa estatal describe como un
programa exhaustivo de reforma liderado por Asad más avanzado que en las
democracias occidentales.
Las autoridades presentan las elecciones parlamentarias del lunes como una muestra de esas reformas.
Sin embargo, la oposición dice que poco cambiará en una asamblea
elegida por la gobernante familia Asad, apoyada por una poderosa policía
secreta en las últimas cuatro décadas.
La asamblea actual no tiene ningún miembro de la oposición y la
prensa oficial dijo que la mitad de los escaños se reservarán a
"representantes de los trabajadores y campesinos", cuyos sindicatos son
controlados por el Partido Baath de Asad.
"Nada ha cambiado. El sistema político de Siria sigue
profundamente corrupto y los resultados de las elecciones volverán a
estar decididos por adelantado", dijo el activista opositor Basam Ishaq,
que se presentó infructuosamente al Parlamento en 2003 y 2007.
El ministro del Interior, Mohammad Nidal al Shaar, visitó la
ciudad norteña de Alepo el domingo y declaró que el centro comercial e
industrial de Siria estaba listo para la votación.
"Todos los recursos deberían estar disponibles para asegurar que
el proceso electoral se lleve a cabo sin problemas", dijo Shaar, rodeado
por funcionarios electorales, a la prensa estatal.
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