EL CAIRO.- Los candidatos a la Presidencia de Egipto han
condenado este sábado los disturbios registrados en las inmediaciones
de la sede del Ministerio de Defensa en El Cairo y han denunciado que la
junta militar trata de minar el traspaso del poder a un gobierno civil.
El candidato Amr Musa ha acusado al Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas de Egipto, el órgano que gobierna 'de facto' el
derrocamiento de Hosni Mubarak, de no garantizar la seguridad de las
manifestaciones pacíficas. Además, ha exigido que se respete la libertad
de expresión.
"Los intentos de una minoría de insuflar la confrontación
entre el pueblo y el Ejército asaltando edificios oficiales no ha de ser
tolerada ni aceptada de ninguna forma", subraya Musa en un comunicado.
Por ello, ha instado a la junta militar a que intervenga de
inmediato, detenga el derramamiento de sangre y ratifique claramente que
el traspaso del poder se producirá de acuerdo con la 'hoja de ruta'
prevista.
En esta misma línea se ha pronunciado el candidato de Hermanos
Musulmanes, Abdel Moneim Abouel Fotouh, aunque ha sido más duro en sus
críticas hacia el Consejo Supremo. Ha acusado a la junta militar de
soliviantar el caos y perder el control del país.
El candidato presidencial moderado Mohamed Selim al-Awa
también ha reincidido en un comunicado que es responsabilidad del
Consejo Supremo proteger las vidas de los manifestantes, si bien ha
condenado el asalto a la sede del Ministerio de Defensa egipcio.
Pasar de una sentada en el barrio de Abbasiya, donde está
ubicado el Ministerio y otras sedes militares, juega en contra de los
manifestantes, ha argüido Al Awa. No obstante, se ha mostrado más
cauteloso y ha rechazado que la violencia tenga como objetivo
desestabilizar al país para que fracase el traspaso del poder.
En cambio, el popular activista y abogado egipcio Jaled Alí,
un férreo crítico del Consejo Supremo, ha afirmado que el ataque a los
manifestantes dilapida los principios sobre los que se estructuró la
revolución que terminó con la caída de Mubarak y ha acusado de nuevo a
la junta militar de tratar de cancelar la transición política.
"Lo que pasó en Abbasiya es un movimiento para liquidar la
revolución que comenzó el 9 de marzo de 2011 (cuando los soldados
reprimieron por primera ocasión una sentada en la plaza Tahrir) y que
antecedió a varios incidentes que probaron que el Consejo Supremo estaba
amparando la contrarrevolución y planeándola desde los comienzos", ha
reprochado Alí. Las fuerzas de seguridad provocaron a los manifestantes
pacíficos y alentaron la violencia, ha añadido Alí, en referencia a los
altercados en Abbasiya, según ha recogido el diario egipcio 'Al Masry al
Youm'.
El también candidato presidencial Abul Ezz al Hariri ha pedido
a los manifestantes que abandonen las proximidades del Ministerio de
Defensa para evitar más enfrentamientos.
Los disturbios del viernes se saldaron con al menos un muerto,
casi 400 heridos y más de 300 detenidos, según han precisado las
autoridades egipcias.
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