lunes, 15 de agosto de 2011

Los indignados españoles persisten en sus denuncias sociales


MADRID.- A tres meses de creado, el denominado movimiento social 15-M de indignados en España confirmó hoy que continuarán las denuncias de la situación política, económica y social imperante en el país.

  El movimiento seguirá vivo, en realidad acaba de nacer, afirmó Cristóbal Cervantes, activista de uno de los grupos que conforman la heterogénea congregación social.

Por su parte, Juan Gómez, otros de los denunciantes que acampan desde hace varios días en la plaza Juan Cassinello de la ciudad de Almeria, subrayó que el M-15 consiguió despertar mentes que estaban en el letargo.

La asociación reivindicativa nació el 15 de mayo, cuando miles de personas respondieron al llamado unánime, hecho a través de las redes sociales en Internet, de salir a las calles para exigir un nuevo modelo político, económico y social en España.

De acuerdo con recientes encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas, el 15-M cuenta con el apoyo del 70 por ciento de la población española.

En asamblea general celebrada ayer en la Puerta del Sol, los indignados cuestionaron la reducción del pago del transporte en hasta 80 por ciento de los inscritos para participar en la Jornada Mundial de Juventud en coincidencia con la decisión de subir el billete normal un 50 por ciento.

Constituye una injusticia que a la clase trabajadora y a los desempleados les suban el precio mientras subvencionen el de otras personas por disposición del gobierno de Madrid, dijo una participante en la citada reunión.

El movimiento aseguró en mensajes por las redes sociales que apoyará las huelgas previstas por los sindicatos del Metro, en coincidencia con la llegada del papa Benedicto XVI a esta capital el próximo jueves.

También confirmó su participación en la marcha laica, organizada por unas 140 agrupaciones cívicas, que tendrá lugar en Madrid, un día antes de la visita del Sumo Pontífice, en una crítica por estar financiada con recursos del erario público español, según sus organizadores.

La visita del Papa y la Jornada Mundial de la Juventud, organizada por la Iglesia católica, gastan millones, mientras el 15-M luchando por los principios morales recibe palos de la policía, escriben los activistas en Twitter.

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