lunes, 15 de agosto de 2011

Indignados y bien organizados en Málaga

MÁLAGA.- Unas 500 personas forman el núcleo duro del 15-M en la capital, cifra que maneja el movimiento. Este núcleo lo componen jóvenes que suelen tener una presencia física en las asambleas. «El número de personas que contribuyen de alguna manera puede estar entre las 2.000 y las 3.000 personas», asegura Javier Fernández, miembro que trabaja en Redes y Difusión, donde el 15-M de Málaga tiene presencia en los principales canales de internet. «Twitter y el correo electrónico son los más potentes», asegura. Todo está perfectamente organizado, a juicio del diario local 'La Opinión'.

El movimiento suma una quincena de comisiones que no dejan cabo suelto. Comunicación y Prensa; Audiovisual: Coordinación General; Coordinación de Barrios y Pueblos; Movimiento Obrero; Educación Económica; Género; Inmigración; Sanidad; Investigación Social; Cooperativismo; Cultura; Acción; Hipotecas, y Universidad son las comisiones que Javier enumera de carrerilla. Según este miembro, cada grupo está formado por entre 10 y 15 personas de media, aunque hay algunos que se disparan y alcanzan las 150, como la comisión de Movimiento Obrero.
El perfil del movimiento en la capital es el de un joven de unos 35 años de media muy igualado en cuanto a sexo. «Es un movimiento muy heterogéneo. Hay parados, universitarios, doctorados, profesionales de todo tipo o personas sin ninguna formación, pero todos están muy comprometidos y preocupados con la situación del país», concluye Javier.

Los indignados siguen siendo puntuales. Las asambleas generales se celebran los miércoles y los domingos a las 20.00 horas en la céntrica plaza de la Constitución. En el caso de los barrios se suelen celebrar los sábados, aunque también depende de las necesidades de cada una. No duran más de cuatro horas. «Por respeto a los vecinos, no pasamos de las doce», aseguran. Las decisiones se toman por consenso total, absoluto.

«Sin un miembro de la asamblea no está de acuerdo con una decisión y se opone, tiene que tomar la palabra para dar razones y alternativas», subraya Javier Fernández. Aunque el indignado no esté de acuerdo con la decisión final, vota a favor por respeto de la mayoría.

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