LONDRES.- Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este miércoles en un nuevo informe que al menos 88 personas han muerto bajo custodia desde que comenzaron las protestas contra el presidente sirio, Bashar al Assad, a mediados de marzo y el régimen respondió con una "sangrienta represión".
En su informe 'Detención mortal: muertes bajo custodia durante las protestas populares en Siria', la ONG documenta muertes bajo custodia registradas en este país entre abril y mediados de agosto, tras la ola de detenciones llevadas a cabo de manera generalizada en el país.
Según AI, estas 88 muertes "representan un considerable aumento del número de personas muertas tras su detención en Siria" puesto que en los últimos años la ONG solía registrar una media de cinco fallecidos bajo custodia al año en este país.
"Estas muertes de detenidos están adquiriendo proporciones masivas y parecen ser una prolongación del mismo desprecio brutal que vemos a diario en la calle en Siria", ha señalado Neil Sammonds, investigador de Amnistía Internacional sobre Siria.
"Los relatos de tortura recibidos son horribles. Creemos que el Gobierno sirio está persiguiendo sistemáticamente a su propio pueblo a una escala inmensa", ha añadido.
Las víctimas registradas en el informe eran personas a las que se habían llevado detenidas cuando la población siria se echó multitudinariamente a la calle en marzo de este año. Según la ONG todos son hombres y entre ellos hay diez menores, algunos de tan sólo 13 años. Se cree que todos fueron detenidos por su participación o presunta participación en manifestaciones en demanda de reformas.
En al menos 52 de estos casos, hay indicios de que la tortura u otros malos tratos causaron o contribuyeron a causar la muerte, precisa la organización internacional en un comunicado.
Además, Amnistía Internacional ha visto fragmentos de vídeo de 45 de los casos, grabados por familiares de las víctimas, activistas u otras personas, y ha pedido a peritos patólogos independientes que examinen algunos de ellos. Las lesiones de muchos de los cadáveres indican que las víctimas pudieron sufrir terribles palizas y otros abusos. Entre las señales de tortura hay quemaduras, contusiones, marcas de azotes y cortes, precisa la ONG.
La mayoría de los casos registrados en el informe se produjeron en las gobernaciones de Homs y Deraa, donde comenzaron las protestas el pasado 17 de marzo. También se han registrado muertes bajo custodia en otras cinco gobernaciones: Damasco, Rif Damashq, Idlib, Hama y Alepo.
Amnistía Internacional no tiene noticia de que se hayan abierto investigaciones independientes sobre las causas de la muerte en ninguno de los casos del informe.
Así las cosas, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que remita la situación de Siria al Tribunal Penal Internacional (TPI), que imponga un embargo de armas al país y que congele los activos del presidente Bashar al Assad y sus principales colaboradores.
"Creemos que, consideradas en el contexto de las violaciones generalizadas y sistemáticas de Derechos Humanos que se están cometiendo en Siria, estas muertes bajo custodia podrían constituir crímenes de lesa humanidad", ha subrayado Neil Sammonds.
"La respuesta del Consejo de Seguridad ha sido totalmente inadecuada hasta ahora, pero no es demasiado tarde aún para que tome medidas firmes y jurídicamente vinculantes", ha remachado.
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