miércoles, 31 de agosto de 2011

Los manifestantes sirios protestan desafiando al Ejército y pidiendo la salida de El Asad

DAMASCO.- Manifestantes sirios exigieron anoche la salida del presidente Bashar el Asad después de que las oraciones que marcan el final del mes de ayuno musulmán del Ramadán desafiaran a los tanques y tropas que sitiaban muchas ciudades y pueblos, según activistas y residentes.

Las fuerzas de seguridad sirias mataron el martes a tiros al menos a cuatro manifestantes, entre ellos a un niño de 13 años, mientras los ciudadanos salían de las mezquitas en las ciudades de al Hara e Injil, en la provincia de Deraa.
En el resto del país también hubo varias manifestaciones, sobre todo en los suburbios de Damasco, en la ciudad de Homs (165 km al norte) y en la provincia noroccidental de Idlib, a pesar de que numerosos pueblos y ciudades llevan meses asediados por el Ejército, según activistas y residentes.
"La gente quiere la caída del presidente", gritaron los manifestantes en el barrio de Harasta, en la capital, en el que decenas de soldados desertaron durante el fin de semana tras negarse a disparar sobre los manifestantes, según los activistas.
En el suburbio de Saqba, cercano a la capital, una multitud lanzó sus zapatos al aire, un gesto insultante en el mundo árabe y que estaba dedicado a Bashar.
De acuerdo a un grupo de activistas, los soldados han matado al menos a 551 civiles durante el Ramadán, el mes sagrado en el calendario islámico.
Después de cinco meses de revueltas contra su mandato autocrático, Asad, que pertenece a la minoría alauí, se enfrenta cada vez a más manifestaciones, animadas por la caída de Muamar el Gadafi en Libia -con quien el presidente sirio tenía estrechos lazos-, y el aumento de la presión internacional.
Residentes y activistas también han hablado de un aumento de las deserciones en las filas del Ejército, integrado sobre todo por la población mayoritaria suní en los rangos inferiores pero con una oficialidad alauí que dirige el hermano menor del presidente, Maher.
En la capital, imágenes de YouTube mostraron a soldados de unidades destacadas patrullando el centro en grandes autobuses verdes del transporte público, con sus AK-47 asomando por las puertas, para evitar nuevas protestas, que a pesar de todo estallaron en los distritos de Qabun, Kfar Suseh, Rukn al Din y Maydan, según los activistas.
En un informe publicado el martes, la Unión Coordinadora de la Revolución Siria, un grupo activista de base, dijo que las fuerzas de Asad han matado a 551 personas durante el Ramadán y que otras 130 perdieron la vida el 31 de julio, en la víspera del mes sagrado musulmán, en un asalto sobre la ciudad de Hama, escenario de una matanza por parte de militares en 1982.
"El informe no incluye el número de mártires que no fueron identificados por su nombre, ni (...) cuerpos que fueron secuestrados (por las fuerzas de seguridad) y no devueltos a sus familias", dijo el grupo.
La agencia de noticias oficial dijo que la televisión estatal había emitido una grabación de audio de dos "terroristas" que se describieron como activistas.
La grabación revela, según la agencia "una estrategia completa de provocación que apunta a la acción de la Policía y el Ejército y a aterrorizar a los pacíficos ciudadanos en nombre de la libertad y la no violencia".
La Organización Nacional de los Derechos Humanos, que encabeza el disidente exiliado Ammr al Qurabi, dijo que fuerzas pro Asad, entre ellas la milicia 'shabbiha', han matado al menos a 3.100 civiles desde que estalló la revuelta en marzo. Sólo el lunes hubo 18 muertos.
Las autoridades sirias culpan del derramamiento de sangre a "grupos terroristas armados" y sostienen que han matado a 500 soldados y policías.
Un contingente militar rodeó el lunes un pueblo cerca de Homs y disparó con armamento pesado después de la deserción de decenas de soldados en la zona, dijeron activistas y residentes.
Una mujer, Amal Qoraman, de 45 años, murió y cinco más resultaron heridas, añadieron. Además, afirmaron que decenas de personas fueron arrestadas en unos registros puerta a puerta en esta localidad de 40.000 habitantes.
Las autoridades sirias han negado repetidamente que se hayan producido deserciones en las filas militares. Desde marzo han expulsado a los medios de comunicación independientes.
En una semana, los gobiernos de la Unión Europea podrían imponer sanciones a los bancos sirios, así como a empresas energéticas y de telecomunicaciones, además de un embargo sobre las importaciones petroleras del país, dijeron el lunes diplomáticos europeos.

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