MADRID.- Una mujer en paro de 29 años. Su madre, de 52, con una baja laboral por enfermedad. La abuela, de 87 años y con problemas de movilidad. Y tres niños de 4, 2 y 1 año. Todos ellos se quedaron ayer en la calle después de que la Policía Municipal de Madrid ejecutara la orden de desahucio que pesaba sobre su vivienda, en la que estaban instalados desde hacía más de 20 años, según el diario 'Público'.
El precio inicial de la casa, que pertenecía a la Empresa Municipal de Vivienda (EMV), era de 30.000 euros. "Mi madre no pudo pagar una temporada y ahí empezó nuestra deuda", explicó Azucena Paredes, la mujer de 29 años afectada. Poco después, ella se trasladó con sus hijos a vivir con su madre y con su abuela y se hizo cargo de los pagos de la vivienda. "Nadie me avisó de que lo que estaba pagando eran los recibos atrasados, mientras que los nuevos iban generando nuevas deudas, con sus respectivos intereses", denuncia. Al final, el agujero al que no pudo hacer frente, ascendía a 49.000 euros .
En esta ocasión, poco pudieron hacer por ellos las más de 200 personas, entre miembros del 15-M y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que se concentraron ayer a primera hora de la mañana frente a su casa, en el barrio de Manoteras, para intentar evitar eldesalojo. Después de horas de guardia esperando a que llegara el secretario judicial, los agentes pusieron fin a la espera. ¿El resultado? Tres vecinos lesionados, los muebles en la acera y la puerta de la vivienda tapiada.
"Aún no me lo creo", declaró Azucena. "¡Me han quitado mi casa para cerrarla! ¡Nos han echado para dejar el piso vacío!", exclamó. "Si nos echaran para que entrara otra familia a vivir, lo entendería, pero así...", añadió.
"Teníamos la ilusión de conseguirlo, creíamos que un organismo público daría alguna opción de negociar a la familia, pero la única opción que les dieron fue la puta calle", lamentó, por su parte, Florencio Flores, miembro de la Asamblea de barrio de Manoteras que acudió a apoyar a la familia desahuciada.
Ya por la tarde, todo el barrio se movilizó para encontrar un techo para las cuatro generaciones de la familia. "Siendo una familia de tantos miembros, no tenemos a nadie que nos pueda acoger en su casa", explicó Azucena. Así que la única solución que encontraron para no pasar la noche a la intemperie fue ocupar un piso vacío en un edificio. "Los vecinos nos han ayudado mucho", agradeció Azucena. ¿Sus planes de futuro? "Buscaremos otra solución, pero yo no me voy a quedar en la calle habiendo miles de viviendas vacías por ahí", sentenció.
La PAH de Madrid se ha personado en el proceso jurídico para intentar encontrar una solución, aunque no tienen demasiadas esperanzas. "Una vez que se ha producido el desalojo es casi imposible que los afectados puedan volver a su casa y el proceso judicial, con el que como mucho conseguirán una indemnización, es muy largo", lamentó Chema Ruiz, portavoz de la plataforma.
"Hoy ha sido un día triste; ha sido un desahucio muy desagradable", continuó Ruiz, que está acostumbrado a que las movilizaciones de su campaña Stop Desahucios tengan finales felices. El de ayer fue su tercer fracaso, pero desde junio, cuando la PAH se instaló en Madrid, han conseguido paralizar 18 desalojos. Por eso aún les quedan muchas ganas para seguir ayudando a otras familias. "La semana que viene, otros tres", anunció Ruiz.
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