BEIRUT.- Casi nueve meses después de que empezaron los levantamientos en Siria, muchos manifestantes están poniendo sus esperanzas en un creciente y arrojado grupo del ejército para que le dé a su revolución una posibilidad auténtica de luchar contra las fuerzas leales al presidente Bashar Assad.
Sin embargo, mientras el Ejército de Liberación de Siria (ELS) gana poder, los desertores podrían dificultar a los gobiernos occidentales el dar un fuerte apoyo diplomático al movimiento que hasta ahora ha sido en su mayoría pacífico.
El ELS también podría darle al régimen una excusa para atacar aún con más fuerza, incrementando el número de muertos en un país donde ya han perdido la vida 4.000 personas desde marzo.
Funcionarios estadounidenses dijeron que el ELS no ha cambiado esencialmente —hasta ahora— la dinámica en Siria o la manera en que Estados Unidos evalúa la situación: el régimen sirio es la causa de los disturbios y Assad debe dejar el poder. Funcionarios estadounidenses no han condonado la violencia del ELS, pero la han descrito como una reacción comprensible luego de meses de opresión.
Sin embargo, Estados Unidos y otros piden a los manifestantes que mantengan la paz porque temen que la violencia juegue a favor del régimen y porque creen que el ELS no es lo suficientemente fuerte para oponer una seria amenaza al dominio militar del gobierno sirio.
Un funcionario del gobierno de Barack Obama dijo que la situación podría cambiar, sin embargo, en caso de que el ELS se transforme en un movimiento nacional rebelde similar al Consejo Nacional de Transición de Libia. El funcionario pidió guardar el anonimato porque no tenía autorización para hablar en público al respecto.
Sin embargo, la probabilidad de que ocurra una evolución de ese tipo es poco clara.
Por ahora, el Ejército de Liberación de Siria no tiene bajo su poder ningún territorio, parece estar muy desorganizado y se enfrenta a un ejército leal y unido que se muestra dispuesto a hacer cualquier cosa para proteger al régimen.
El líder del ELS, el coronel disidente de la Fuerza Aérea Riad al-Asaad, está exiliado en Turquía, lo que representa que la comunicación con los desertores sea uno de los mayores desafíos para el crecimiento del grupo, pero los ataques del ELS se han vuelto más sofisticados en semanas recientes, lo que ha desatado una alarma mundial de que la situación en Siria está escalando hacia una guerra civil.
El sábado, más de dos decenas de personas fueron muertas en sitios críticos en la nación, la mayoría en una batalla entre las fuerzas leales y el grupo creciente de desertores, según dijeron activistas.
La división sectaria en Siria, donde los miembros del grupo religioso minoritario alauí dominan por encima de la mayoría suní y de otras ramas, implica que la insurgencia podría crecer rápidamente.
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