Los últimos movimientos de los duques de Palma están siendo recogidos en tiempo real por los medios de comunicación. Así se sabe que han viajado por separado desde Estados Unidos a España, que esperan en Zarzuela la cita judicial, y que apenas se han cruzado con el rey y con el príncipe Felipe. Calma tensa antes de acudir a los juzgados de Palma.
Lo que sí es novedad y determinante, de confirmarse, es el hecho de que la infanta Cristina sí estaba al corriente de los negocios de su marido.
La prueba radica, según el diario El Economista, en que la hija del monarca recibía mensualmente en su cuenta corriente 3.000 euros para gastos personales. Así lo señala la Agencia Tributaria, que nombra a Aizoon como la empresa encargada de cubrir esos gastos. 700 euros a la semana de difícil justificación y que salen a la luz 72 horas antes de que Iñaki Urdangarin tenga que acudir a declarar como imputado ante el juez de Palma, José Castro.
La vinculación no queda ahí, ya que entre la documentación que aparece en el sumario figuran además correos electrónicos que la asistente personal de la infanta Cristina envió a los responsables financieros del Instituto Nóos para preguntar cómo se podían cargar las facturas a la patrimonial. Más claro, agua.
Así las cosas cobra más fuerza la petición del sindicato de funcionarios, Manos Limpias, que ha pedido que la investiguen y la llamen a declarar por su presunta implicación en el caso —en la línea de lo que sucederá con la esposa del socio del duque de Palma-.
Y en esa línea se argumenta también el último auto del juez Castro, quien ha preguntado a la Fiscalía si, en el marco de estas presuntas irregularidades, debe llamar como imputada a la infanta.
Un requerimiento hasta ahora tumbado por considerarse que Urdangarin engañaba a la hija del rey, pero que no convence a los críticos, ya que la propia infanta era la dueña del 50% de Aizoon y formaba parte también de la junta directiva del Instituto Nóos.
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