GINEBRA.- El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha condenado este jueves las violaciones de los Derechos Humanos que están cometiendo las autoridades en Siria y ha pedido el fin de los ataques contra la población civil. Un total de 37 países han apoyado la propuesta, tres la han rechazado, entre ellos China y Rusia, y tres se han abstenido.
El debate urgente sobre Siria en el Consejo que comenzó este martes se ha reanudado, pero la delegación siria no ha estado presente este jueves. El embajador de este país, Faysal Jabbaz Hamoui, abandonó la reunión el martes, y cuatro delegaciones no han participado en la votación.
Los países del golfo Pérsico, apoyados por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos habían presentado una resolución que condena firmemente "las violaciones sistemáticas y generalizadas de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales cometidas por las autoridades sirias".
Esos crímenes incluyen el bombardeo de zonas civiles, donde han muerto "miles de civiles inocentes", así como ejecuciones, la muerte y la persecución de manifestantes, la muerte de periodistas sirios y extranjeros, detenciones arbitrarias y la obstaculización del acceso a atención médica.
Esta es la cuarta vez desde el pasado abril que el Consejo de Derechos Humanos, que posee autoridad moral pero no fuerza legal, condena a Siria.
Durante el debate, Irán, aliado de Damasco, ha defendido al Gobierno del presidente Bashar al Assad y ha pedido que le den "tiempo y espacio" para aplicar las "amplias reformas" que ha prometido.
"Las sanciones coercitivas y las intromisiones en los asuntos internos de Siria, en particular los inaceptables esfuerzos encubiertos de algunos países para armar a grupos de la oposición, solo conseguirán agravar la crisis", ha advertido el embajador iraní, Sayed Mohamed Reza Sajjadi.
"Instamos a todos los organismos de la ONU y de la región a facilitar un diálogo entre Gobierno y oposición en el marco de un proceso político inclusivo y liderado por los sirios y a no complicar la situación amenazando con una intervención militar, sanciones o cambios de régimen", ha añadido.
En un informe publicado el pasado 23 de febrero, expertos independientes de la ONU afirman que las fuerzas sirias, que están intentando aplastar la revuelta que surgió hace un año, han matado a tiros a civiles desarmados, han bombardeado zonas pobladas y han torturado en hospitales a manifestantes heridos siguiendo órdenes del "más alto nivel".
El embajador de Reino Unido ante el Consejo de Derechos Humanos, Peter Gooderham, ha señalado que "la mayoría de la comunidad internacional está decidida a actuar rápidamente ante la situación de Siria, que está empeorando".
"Vamos a trabajar para asegurarnos de que se siguen recopilando y guardando pruebas de las violaciones y abusos de los Derechos Humanos cometidos por todas las fuerzas en Siria para que los responsables de las atrocidades rindan cuentas", ha agregado.
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