jueves, 1 de marzo de 2012

El juez Castro, sorprendente protagonista del juicio a Iñaki Urdangarin / Asier Martiarena


Como no podía ser de otra manera, el juicio del año ha encumbrado a su instructor.  Con Garzón apartado de la carrera judicial por meter las narices en la trama Gürtel, Grande Marlaska como nuevo presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, y el juez Bermúdez en el olvido después de su ajetreado juicio por el 11-M, surge una nueva estrella de toga y martillo. El juez Castro ya es uno de los nombres más repetidos después de citar a declarar al mismísimo Iñaki Urdangarin.

Las andanzas del duque de Palma al frente de Aizoon y Nóos se llevan todos los focos mediáticos, y José Castro todas las palmadas en la espalda...  y todos los palos. A partes iguales. Porque su riguroso y extenso interrogatorio al yerno del Rey no ha dejado contento a nadie, aunque por motivos muy diversos. Y eso que el juez recibió el visto bueno tras ser investigado.

En primer lugar, porque se ha conocido que en varios momentos de la declaración del duque el magistrado manifestó: "no tiene sentido lo que dice", "me tiene que convencer " o "para decir esto mejor que no hubiera venido a declarar". Detalles que gustan a los detractores de Urdangarin, pero que los medios más conservadores como La Gaceta tachan de "falta de imparcialidad" y "pérdida de neutralidad" del juez Castro. Un hecho que indica claramente "su contaminación por su animadversión" hacia el imputado. En consecuencia, "la defensa del duque debe pedir su recusación para que sea otro juez el que siga con la instrucción", explican.

Algo similar opina el abogado de Jaume Matas, quien apunta que el duque "ha podido con el juez y con los tres fiscales Anticorrupción", y que el comportamiento del magistrado ha provocado "muchas protestas" en la sala. La imparcialidad que este dice haber observado puede conllevar que el juez José Castro tenga que apartarse de la instrucción del caso Palma Arena, al menos temporalmente, hasta que no se resuelva la recusación planteada.

También se ha dejado caer el malestar de la Casa Real por la duración del interrogatorio, aunque este extremo ha sido desmentido por el propio interesado. Que se pronuncie la Zarzuela en este sentido parece poco probable. Aunque no debe haber sentado bien que Castro se plantee llamar a declarar a la Infanta.

Castro, funcionario de prisiones antes que juez, saltó a la fama por instruir la causa contra Jaume Matas. Natural de Córdoba (1947), ingresó en la carrera judicial en 1976, pasando por destinos como Dos Hermanas (Sevilla), Arrecife (Lanzarote) o Sabadell. En 1985 llegó a Mallorca para resolver asuntos relacionados con conflictos laborales, hasta que siete años más tarde se asentó en su actual puesto. Con fama de "juez valiente", despierta pasiones y duras críticas.

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