miércoles, 23 de mayo de 2012

Amnistía denuncia la represión violenta contra los manifestantes en 191 países

LONDRES.- Las manifestaciones para exigir el fin de la tiranía, ya sea de un dictador o de los mercados, se han convertido en un fenómeno sociopolítico global. El epicentro se situó en Túnez y Egipto y pronto la onda se expandió al resto del mundo. Moscú, Madrid y Atenas en Europa; Dakar y Kampala en África; Nueva York, La Paz y Cuernavaca en América; Phnom Penh y Tokio en Asia.

Pero todo acto que busca promover un cambio en las estructuras de poder tiene un reverso tenebroso, el de los que quieren mantener el orden existente a través del uso de la violencia. Esas fuerzas son las que se han levantado en 101 países del mundo para reprimir a los ciudadanos que han salido a la calle a decir 'basta'.
Es en dicho punto donde ha puesto el foco Amnistía Internacional (AI) en su informe anual de 2012: la persecución de los manifestantes de todo el mundo y el esfuerzo de 91 estados por acabar con la libertad de expresión de activistas y opositores.

África y Oriente Medio

Animados por la 'Primavera Árabe' que floreció en Oriente Medio, muchos ciudadanos africanos se han levantado en distintas regiones para defender sus derechos sin miedo a sufrir represalias. Algo que, sin embargo, ha ocurrido en Angola, Senegal y Uganda, donde el uso de fuerza fue brutal.
AI denuncia también la situación de impunidad que vive el Gobierno sudanés, que bombardea indiscriminadamente Sudán del Sur e impide el acceso a las organizaciones humanitarias. Yemen es otro ejemplo de la violencia más salvaje contra manifestantes pacíficos.
Sin embargo, fue Siria uno de los países al que más tiempo dedicaron los miembros de la ONG en la presentación del informe. Según AI, "más de 4.300 personas murieron durante las protestas por motivos relacionados por ellas, en su mayoría por disparos de miembros de las fuerzas de seguridad".

Asia

Los ciudadanos también salieron a la calle en Asia para luchar por sus derechos. "En muchas ocasiones los gobiernos respondieron intensificando el nivel de represión para aplastar las protestas", asegura Alfonso López, presidente de Amnistía Internacional España.
China se adelantó a una posible llegada de la ola del 'tsunami' de la 'Primavera Árabe' a sus fronteras. "En febrero Pekín emprendió una de las más duras campañas de represión desde 1989", asegura el informe. Los activistas políticos y los blogueros se convirtieron el blanco de la persecución y las detenciones ilegales.
La ONG lamenta que en Corea del Norte no se haya producido ningún avance en materia de libertades. "Miles de personas permanecen en campos de concentración", dice Alfonso López, presidente de AI España.
Al mismo tiempo, muchos otros regímenes reforzaron el control de la libertad de expresión al cercar a líderes de la oposición y mediante la detención de disidentes. En países como Turkmenistán, Uzbekistán o Azerbaiyán, que a pesar de ser el anfitrión del Festival de Eurovisión este año mantiene a 16 presos de conciencia encarcelados, tampoco hubo señales de apertura, según AI.

Europa

"Tanto en Grecia como en España hemos detectado el uso excesivo de la fuerza para reprimir las manifestaciones" de los 'indignados', asegura Esteban Beltrán, director de AI España.
El informe recoge que tanto en Madrid como en Barcelona "hubo denuncias sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley durante las manifestaciones del 15-M, entre mayo y agosto del año pasado".
También se destaca la situación en Rusia, donde la ONG denuncia que "hubo manifestaciones generalizadas en las que se detuvo a cientos de manifestantes pacíficos tras los controvertidos resultados electorales de diciembre y continuaron las presiones sobre periodistas y defensores de los derechos humanos".

América

Esta nueva ola de levantamientos en pro de los derechos humanos también ha llegado a América, incluso a sus tribunales de justicia. La contrapartida es que muchos activistas han sido víctimas de amenazas y homicidios en Brasil, México y Colombia.
Así, en Cuba, "las autoridades cubanas siguieron sofocando la libertad de expresión, asociación y reunión a pesar de las airadas excarcelaciones de destacados disidentes".
Estados Unidos tampoco se salva del escrutinio de AI, si bien las críticas se centran en torno a la pena de muerte: "Se ejecutó a 43 hombres durante este año". El informe también hace alusión a las cárceles de Guantánamo y Afganistán, donde se destaca que más de 3.000 personas continúan "recluidas indefinidamente bajo custodia militar".

Algunos avances

Entre los avances, el informe detecta una tendencia hacia la abolición de la pena de muerte y las históricas detenciones del general serbobosnio Ratko Mladic y del serbocroata Goran Hadzic, juzgados por los crímenes de guerra.
Otra mejora en la defensa de los derechos humanos la protagonizó el Gobierno de Birmania al poner en libertad a más de 300 presos políticos y permitir a Aung San Suu Kyi presentarse a las elecciones.

Crítica a los 'emergentes'

Amnistía Internacional fue, eso sí, especialmente dura con el desfasado papel de Naciones Unidas en la escena internacional. La ONG acusa al organismo de ser "ineficaz" en su función de "guardián de la paz", ya que los cinco miembros del Consejo de Seguridad con derecho a veto son a su vez los mayores exportadores de armas. AI denunció que mientras los intereses económicos estén por encima de los derechos humanos la ONU estará abocada al fracaso.
Sin embargo, no sólo criticó a las grandes potencias, sino que también tuvo reproches contundentes para los países emergentes. Acusó a Brasil, La India y Sudáfrica de "ser cómplices con su silencio" de los vetos de China y Rusia para evitar que la comunidad internacional intervenga en conflictos como el de Siria.

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