MANAMA.- Manifestantes antimonárquicos bareinies anunciaron este fín de semana que continuarán
sus protestas hasta que sus demandas de mayor democracia sean cumplidas
por las autoridades durante una semana de disturbios en esta capital y
otras ciudades. El choque entre la familia reinante y los opositores anuncia mayores
tensiones para la semana próxima, cuando los tribunales anuncien su
fallo en el juicio contra tres acusados de insultar al rey Hamad bin
Issa al Khalifa durante las recientes protestas públicas.
El jueves pasado un acusado por el mismo delito fue sentenciado a seis meses de prisión, en la secuencia de arrestos de miembros de la comunidad musulmana chiíta, entre ellos varios médicos acusados de asistir a manifestantes heridos en choques con la policía a pesar de una prohibición expresa al respecto de las autoridades.
Esta semana el Ministerio del Interior bareiní prohibió por ley las protestas, pero los opositores salieron a la calle en por lo menos tres ocasiones.
Los choques entre policías y opositores reeditan los disturbios del año pasado que pusieron en jaque al Gobierno y fueron controlados con la ayuda de tropas despachadas por el vecino reino de Arabia Saudita.
Las fricciones entre la monarquía y sectores de la población comenzaron a principios de 2011, como parte de las rebeliones contra regímenes de fuerza en Túnez y Egipto, cuyos gobiernos cayeron.
Esos movimientos fueron utilizados para encubrir la agresión militar de la OTAN contra Libia, cuyo líder, Muamar el Gadafi, fue capturado y asesinado en octubre de 2011, y en Siria, donde grupos armados desde el exterior apoyados por milicianos extranjeros tratan de derrocar al gobierno del presidente Bachar al Assad.
El jueves pasado un acusado por el mismo delito fue sentenciado a seis meses de prisión, en la secuencia de arrestos de miembros de la comunidad musulmana chiíta, entre ellos varios médicos acusados de asistir a manifestantes heridos en choques con la policía a pesar de una prohibición expresa al respecto de las autoridades.
Esta semana el Ministerio del Interior bareiní prohibió por ley las protestas, pero los opositores salieron a la calle en por lo menos tres ocasiones.
Los choques entre policías y opositores reeditan los disturbios del año pasado que pusieron en jaque al Gobierno y fueron controlados con la ayuda de tropas despachadas por el vecino reino de Arabia Saudita.
Las fricciones entre la monarquía y sectores de la población comenzaron a principios de 2011, como parte de las rebeliones contra regímenes de fuerza en Túnez y Egipto, cuyos gobiernos cayeron.
Esos movimientos fueron utilizados para encubrir la agresión militar de la OTAN contra Libia, cuyo líder, Muamar el Gadafi, fue capturado y asesinado en octubre de 2011, y en Siria, donde grupos armados desde el exterior apoyados por milicianos extranjeros tratan de derrocar al gobierno del presidente Bachar al Assad.
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