miércoles, 10 de agosto de 2011

El Gobierno chileno no presentará más propuestas a los estudiantes y profesores tras los disturbios de anoche

SANTIAGO DE CHILE.- El Gobierno de Sebastián Piñera ha anunciado este miércoles que no presentarán más propuestas sobre la reforma de la educación en Chile, a pesar de que los estudiantes y profesores han amenazado con continuar las manifestaciones si las autoridades no acceden a diseñar un proyecto que esté ajustado a sus demandas.

   Desde que estalló el conflicto estudiantil hace casi tres meses, el Gobierno de Piñera ha puesto sobre la mesa de negociación dos propuestas para reformar el cuestionado sistema educativo, pero ninguna satisfizo a las asociaciones de estudiantes y profesores que han protagonizado cuatro grandes marchas a favor de una educación pública y de calidad.
   El portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, ha asegurado que están abiertos a debatir con los sectores en conflicto pero en base a los planteamientos ya expuestos. "La propuesta ya la tenemos y esperamos que ellos (estudiantes) puedan sentarse con las autoridades, los parlamentarios, para poder ver cómo sacamos adelante y complementamos la propuesta", ha explicado.
   "No es una nueva propuesta, tenemos que conversarla y para conversar no se puede exigir el todo o nada" ya que el Gobierno "se la está jugando en un cien por cien", ha aclarado el portavoz de la Presidencia en declaraciones citadas por el diario local 'La Tercera'.
   Según el portavoz, Piñera "ha escuchado a todos los sectores, a los rectores, a los profesores, a los dirigentes estudiantiles, se ofreció una nueva propuesta y en ella objetivamente hay aspectos muy positivos y que hay un camino para avanzar".
   El Gobierno de Piñera estará "siempre" disponible "para diálogos y mesas de trabajo" y si eso "no resulta posible" no será entonces responsabilidad de las autoridades, ha advertido Chadwick.
   Una de las posibles soluciones, en caso de que no puedan dialogar, sería dejar en manos del Poder Legislativo la última palabra. "Vamos con los proyectos al Congreso para ver si ahí, que es donde se genera institucionalmente el debate, podemos avanzar en las mejores soluciones", ha sugerido.
   La crisis en el sector educativo se produce en momentos en los que Piñera registra el nivel más bajo de popularidad con apenas un 26 por ciento de aceptación, de acuerdo al último sondeo divulgado hace unos días. Esta cifra le convierte además en el presidente menos querido de los 20 años de democracia chilena.
   Los incidentes registrados el pasado jueves --cuando fueron detenidas 874 personas-- a raíz de una manifestación estudiantil, además del gran "cacerolazo" que tuvo lugar en Santiago, hicieron recordar a muchos la época de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
   Las manifestaciones que tuvieron lugar ayer martes en varias ciudades de Chile dejaron un saldo de 396 detenidos, además de 55 carabineros y 23 civiles heridos, según el balance presentado este miércoles por el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
   El Gobierno responsabilizó el mismo martes, aunque no de manera directa, a los organizadores de las manifestaciones en la que habrían participado unas 100.000 personas --sólo en la capital chilena-- porque "no tienen el control de las marchas", lo que da pie a los disturbios.
   "La pregunta de fondo es si necesitamos convocar más marchas, porque sabemos que la gente se va a aprovechar, que van a haber grupos minoritarios. Yo no quiero asignarle a los organizadores la responsabilidad de los destrozo, pero saben que cuando uno convoca se sobrepasa", ha dicho Ubilla este miércoles en declaraciones a Canal 13.

Respuesta estudiantil


Estudiantes chilenos han calificado de "intransigente" la postura del Gobierno de Sebastián Piñera que se ha negado a presentar una nueva propuesta que cumpla con las demandas de este sector y han anunciado que realizarán más manifestaciones hasta que no se logre una reforma que garantice una educación pública y de calidad.
"Es una demostración más de la intransigencia con la que insiste actuar este gobierno, que no se aplica solo sobre los estudiantes, si no que repliega en el sentir mayoritario de Chile", ha denunciado este miércoles Francisco Figueroa, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Las declaraciones son respuesta a las afirmaciones que hizo horas antes el portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, quien anunció que el Ejecutivo no presentarán más propuestas sobre la reforma de la educación en Chile.
Desde que estalló el conflicto estudiantil hace casi tres meses, el Gobierno de Piñera ha puesto sobre la mesa de negociación dos proyectos de reforma del cuestionado sistema educativo, pero ninguna satisfizo a las asociaciones.
"Una de las formas de resolver esto es por medio de un plebiscito. Desafiamos al Gobierno a aceptarlo para que hablen las mayorías, los desafiamos a confiar en la gente", ha enfatizado Figueroa en declaraciones a los medios.
La postura de la FECH ha sido respaldada por Rodrigo Rivera, portavoz de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), quien ha repudiado la decisión que se ha tomado desde el Palacio de La Moneda --sede del Gobierno-- pues considera que no conducirá a una salida a este conflicto.
En los próximos días continuarán las manifestaciones y los llamados "cacerolazos" que han contado con el apoyo de varios gremios y de la sociedad en general.
La crisis en el sector educativo comenzó hace tres meses cuando las asociaciones de estudiantes y profesores comenzaron a presionar al Gobierno para que hiciera una gran reforma que permita a todos los chilenos garantizar una educación pública de calidad.
Los estudiantes alegan que muchos deben solicitar créditos bajo condiciones poco preferentes para poder pagar la carrera, lo que hace que la matricula salga mucho más cara que lo establecido.
El Ejecutivo de Piñera ha descartado la posibilidad de nacionalizar el sistema educativo porque considera indispensable la participación de capital privado en la enseñanza, especialmente a nivel superior y en el ámbito de la investigación.
El martes los estudiantes y profesores protagonizaron la cuarta gran marcha desde que estalló la crisis hace tres meses. Tan sólo en Santiago unas 100.000 personas se congregaron para apoyar las demandas de este sector. Sin embargo, incidentes provocados por encapuchados empañaron la jornada, que dejó 396 detenidos, además de 55 carabineros y 23 civiles heridos, según cifras oficiales.
Pero las manifestaciones del pasado jueves derivaron en enfrentamientos entre policías y encapuchados que hicieron recordar a muchos la época de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990). Un total de 874 personas fueron detenidas y 90 carabineros resultaron heridos.
La crisis en el sector educativo se produce en momentos en los que Piñera registra el nivel más bajo de popularidad con apenas un 26 por ciento de aceptación, de acuerdo al último sondeo divulgado hace unos días. Esta cifra le convierte además en el presidente menos querido de los 20 años de democracia chilena.

Apoyo uruguayo

El apoyo a los estudiantes chilenos que exigen una reforma educativa se extendió el miércoles a la capital uruguaya, donde unos 3.000 jóvenes marcharon por el centro de la ciudad para expresar su solidaridad con el movimiento estudiantil.
La policía dispuso un operativo de seguridad especial para evitar episodios de violencia y se colocaron vallas en la legación diplomática chilena para impedir el acceso.
"Y va a caer la educación de (Augusto) Pinochet", entonaban los manifestantes, quienes reclamaban educación gratis en la nación transandina.
La marcha, que la que intervinieron incluso varios centenares de jóvenes chilenos, coincide con la realización en Uruguay de un encuentro estudiantil con representantes de varios países de América Latina y el Caribe.
La organización de la protesta estuvo a cargo de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).
Paul Floor, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), dijo a la prensa que "esta marcha demuestra que no estamos solos y que el movimiento latinoamericano estudiantil está unido".
En la víspera también hubo una manifestación que llegó hasta la embajada chilena en Buenos Aires, donde cientos de personas respaldaron las demandas de los los estudiantes de Chile y algunos pintaron consignas en la fachada de la sede diplomática.

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