domingo, 27 de enero de 2013

Bárcenas podría tener grabaciones de todas las conversaciones

MADRID.- Mientras Cospedal asegura públicamente que en “el Partido Popular no hay sobresueldos”, hablando con algunos de los dirigentes que han pasado por Génova en todos estos años, se obtiene la versión contraria. “Puede que ella se refiera a las cuentas auditadas, pero los 22 millones que por ahora se han descubierto en Suiza de Bárcenas no es posible amasarlos sin un instrumento. Y ese instrumento era este partido. Con un teléfono desde Génova tienes un instrumento poderoso para influir en la toma de decisiones. Favores que tienen un precio y que no se reflejan en las cuentas oficiales”, explica un destacado popular que declara haberse llevado siempre bien con Bárcenas.

El ex tesorero de los 22 millones, cifra que se relaciona ya automáticamente con su nombre, se formó al lado de gerentes como Ángel Sanchís y Rosendo Naseiro aunque, por lo que se ve, logró superarles con creces. “Justo antes de que estallara el caso Naseiro, tanto Naseiro como Bárcenas, que trabajaba como gerente, presumían ante los dirigentes con los que tenían más confianza, entre los que se contaba alguno que fue ministro, de grabar absolutamente todo, desde lo más inocente a lo más comprometido, tanto lo de dentro como lo de fuera del partido. Y eso que por esas fechas grabar era algo más complejo que ahora. 

Aunque también es verdad que ahora estamos mucho más prevenidos, tenemos el chip de que hay que tener cuidado con lo que cuentas y a quién”, asegura un veterano que estos días trata de encajar los distintos frentes que se han abierto. En la construcción del puzzle, son numerosos los diputados populares que intercambian información con otros compañeros para hacerse una idea más amplia.

Cospedal insiste en que ni ella ni nadie del PP tiene pruebas de la existencia de dinero negro pero algunos de los que han pasado por Génova conocen la generosidad con que ‘El Bigotes’ y sus socios agasajaban hasta a las secretarias de la planta noble repartiendo bolsos de Loewe como si tal cosa. “En el PP todo el mundo está muy conforme y callado pero si la cosa se pone muy fea, habrá quien se decida a dar su versión para dejar de estar bajo sospecha”, apunta un diputado.

El hombre que más poder manejaba

Que Bárcenas era el hombre que más poder manejaba lo sabía hasta el último. “Si aparcabas en el parking de Génova, ya veías que la plaza más gorda era la de Bárcenas. Era una demostración de poder más. Él, no da puntada sin hilo. ¿Por qué ha dejado sus cajas en un despacho a la vista? Es evidente que no guarda allí nada importante, que se lo podía haber llevado a su casa o haberlo metido en el almacén donde se amontonan carteles y ese tipo de cosas. En Génova se acristalaron los despachos para fomentar la transparencia, y él ha usado la sala con sus cajas como prueba de que sigue vinculado al partido, aunque no sea así. Pero la realidad es que ni tan siquiera Cospedal le ha hecho sacar sus cosas en estos tres años y medio. Encima pide el coche y se lo dejan. Va dejando miguitas y, o nadie se da cuenta, o le tienen mucho miedo”, cuenta un popular que ha trabajado cerca de Bárcenas.

Sigues preguntando y te da la sensación de que no se corresponde con la imagen que trata de transmitir Saénz de Santamaría y Cospedal, en nombre del Gobierno y del partido respectivamente. Entre diputados, reina la perplejidad ante la rapidez con la que se suceden los acontecimientos por un lado, y la normalidad con la que aceptan la circulación de dinero B, por otro. También la seguridad de que a Bárcenas le rodea un equipo potente que desde el 2009 no deja ni un detalle al azar.

Fue Sanchís el que nombró gerente a Bárcenas en el 91, que no era rico, y lo heredan los otros dos tesoreros”. Hasta que en el 2008 Rajoy le confía el puesto de tesorero.

La llave de la caja

Un cargo que le dio Rajoy, quizá porque llevaba toda la vida ocupándose él de las finanzas, pues hasta el más mínimo presupuesto se encargaba de gestionarlo, como relatan fuentes de Génova que aseguran que a nadie se le ocurría decidir por su cuenta ni dónde se compraban los lápices. Quizá porque le tenían miedo. No se justifica si no que a pesar de su implicación en la trama Gurtel, Rajoy aceptara que el partido le costease el abogado.

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