lunes, 9 de febrero de 2015

Los titulares que pocos comentan del CIS de enero de 2015 / J.B. Martín Algarra

La encuesta del CIS de enero de 2015 arroja varias evidencias que no parecen claras a primera vista. La irrupción de Podemos al segundo lugar opaca otras realidades, algunas de ellas preocupantes, que condicionarán el futuro próximo.

1. España se encamina hacia un Gobierno inestable

A pocos meses de las elecciones generales, queda claro que ni habrá mayoría absoluta ni será fácil articular un pacto de gobierno. PSOE e IU ya han demostrado en varias ocasiones su capacidad de entenderse para desbancar a la derecha. A día de hoy no está claro si 'Podemos' y PSOE podrán asumir los costes políticos que acarrearía un hipotético apoyo mutuo. Pierden fuerza los posibles apoyos del PP para formar un gobierno estable, por lo que, en caso que decida gobernar en minoría, tendrá difícil aprobar sus presupuestos.

2. El suelo electoral de la derecha es más sólido que el de la izquierda

El descenso en intención de voto plasmado en las encuestas refleja la evidente desilusión de los votantes populares, como ya ha reconocido incluso en público el mismo Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados. Nunca se habían escuchado tantas críticas al PP salidas de labios de sus propios simpatizantes. El empleo todavía no ha recuperado los niveles existentes a finales de 2011, que ya entonces Rajoy calificaba de "insostenibles". Ha subido los impuestos que prometió bajar. Ha incumplido compromisos electorales como la retirada de la ley del aborto. Aun así, un 27% sigue confiando en el PP. Queda confirmado que el nivel de tolerancia de los ciudadanos de derecha hacia el partido que más le representa, incluso en los momentos de mayor decepción, supera con creces al que manifiestan los partidarios de la izquierda.
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3. Las reividicaciones sociales ganan peso frente a las autonomistas

La mayoría de los análisis realizados a raíz de los últimos resultados del CIS pasan por alto un hecho inédito. Ni PNV ni CiU ni ERC se mencionan en las quinielas electorales, como cabría esperar tras unas encuestas que pronostican un arco parlamentario fragmentado. Lo cual indica que las reivindicaciones autonómicas (competencias, partidas presupuestarias, cuestiones identitarias...) no jugarán un papel relevante, como en otras ocasiones, para la estabilidad del Estado. Cabe pensar que serán otro tipo de demandas, probablemente de carácter social -sanidad, educación, dependencia- las que inclinarán la balanza en una u otra dirección.
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4. Hay un 40 por ciento del electorado cuya decisión final favorecerá más a partidos tradicionales

Según refleja la encuesta hecha pública este miércoles, un 13% del electorado se abstendrá, otro 20,8% no lo ha decidido, otro 5,6% votará en blanco y un 1,2% no contesta. El 0,2% incluso afirma que votará nulo. Es una cifra demasiado elevada para fiarse de los pronósticos.
Se sabe que la mayoría de las elecciones se definen por la inclinación de los indecisos o los que cambian de opinión a última hora. Los expertos en sondeos electorales saben que en estos momentos cuesta más confesar abiertamente una intención de voto al PP o al PSOE que no a 'Podemos'.
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5. Los tres principales partidos no se definen ideológicamente tal y como les ven los votantes

El Partido Popular lleva 20 años intentando apropiarse del centro político y declarándose heredero del legado de Aldolfo Suárez y del espíritu moderado de la Transición. Pero los encuestados lo ven claramente a la derecha. El PSOE reivindica su papel como referencia principal de la izquierda ante los ciudadanos. Sin embargo la mayoría de estos lo sitúa en el centro. 'Podemos' reitera una y otra vez que ellos han superado la dialéctica entre izquierdas y derechas para sustituirla por la tensión entre 'los privilegiados' y 'los excluídos' (o 'los de arriba' y 'los de abajo'. Para demostrarlo, hasta Pablo Iglesias no ha tenido reparos en aplaudir al Papa. Pero los ciudadanos lo ven de otra forma y lo expresan claramente: Podemos es izquierda. Lo que se creen su discurso de la ‘transversalidad’ apenas suman un 4,8%.
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6. IU ha perdido una oportunidad histórica, que no volverá a repetirse

Si no lo ha conseguido en los últimos tres años, ya no parece probable que IU pueda disputarle al PSOE la representación mayoritaria de la izquierda. Tampoco podrá llevar a cabo la intención implícita que expresan sus siglas. Si la izquierda consigue en algún momento reeditar una suerte de Frente Popular, lo hará bajo el liderazgo de Podemos, no de IU. En apenas seis meses, la coalición de izquierdas ha comprobado cómo un grupo reducido de profesores universitarios ha construido el proyecto de unidad popular con el que siempre habían soñado. Es más probable la disolución de IU que verles de nuevo en condiciones más favorables para hacerse con el poder.

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