WASHINGTON.- Desertores del Ejército sirio han proporcionado a la ONG Human Rights Watch (HRW) el nombre de 74 altos mandos del Ejército y de la Inteligencia siria que supuestamente ordenaron, autorizaron y consintieron homicidios masivos, torturas y arrestos ilegales durante las protestas de este año contra el Gobierno de Bashar al Assad.
El informe de 88 páginas '¡Por todos los medios necesarios!: Responsabilidad individual y de mando de los crímenes contra la Humanidad en Siria', se sustenta en más de 60 entrevistas a desertores del Ejército y de la Inteligencia siria. Éstos han proporcionado información detallada sobre la participación de sus unidades en ataques, abusos contra ciudadanos sirios y sobre las órdenes que recibieron de oficiales de diferente rango, cuyos nombres recoge el informe.
"Los disidentes nos dieron nombres, rango y cargo de los que dieron las órdenes de disparar y matar, y cada uno de los oficiales nombrado en este informe debería responder por sus crímenes contra la población siria", ha exigido la directora adjunta de emergencias de HRW y una de las autoras del informe, Anna Neistat. "El Consejo de Seguridad de la ONU debe asegurar su comparecencia remitiendo a Siria a la Corte Penal Internacional", ha añadido.
Todos los desertores entrevistados por HRW han declarado que sus superiores les habían dado continuamente órdenes para detener las protestas pacíficas en todo el país "por todos los medios necesarios", orden que los soldados interpretaban como una autorización para utilizar fuerza letal, especialmente desde que se les había entregado munición real.
'Amjad', desplegado en Daraa con el 35 regimiento de fuerzas especiales, dijo que había recibido órdenes verbales directas de su superior para abrir fuera contra los manifestantes el 25 de abril:
"El comandante de nuestro regimiento, el general Ramadán Ramadán normalmente permanece tras la línea de fuego. Esta vez se colocó en frente de toda la brigada y dijo: "disparad. Nadie os pedirá explicaciones". Generalmente debemos guardar balas, pero esta vez nos dijo: "Utilizad todas las balas que querais". Cuando alguien le preguntó a qué se suponía que teníamos que disparar él dijo: "A todo lo que se os ponga por delante". Unos 40 manifestantes murieron ese día.
Las autoridades sirias han reclamado en muchas ocasiones que terroristas armados, incitados y patrocinados desde el extranjero, eran los responsables de la violencia en e país desde que comenzó el levantamiento en marzo. Sin embargo, la mayoría de las protestas que HRW ha sido capaz de documentar han sido totalmente pacíficas.
La información proporcionada por los desertores corrobora las conclusiones de HRW sobre los arrestos arbitrarios y la tortura ejercida sobre los detenidos, ambas prácticas generalizadas en toda Siria. Los entrevistados describen innumerables detenciones arbitrarias durante las protestas y en los puestos de control, así como redadas en barrios residenciales de todo el país que han acabado con cientos, y a veces miles de detenidos.
'Hani', un miembro de la división de operaciones especiales de Inteligencia de la fuerza aérea, describió las órdenes que recibió: "El 1 de abril estábamos arrestando a gente en un barrio de Damasco. Recibimos las órdenes del Coronel Suheil Hassan quien nos dijo específicamente que golpeáramos a la gente en la cabeza y que no nos preocupásemos por las consecuencias. También utilizamos pistolas de descargas eléctricas. (...) Mi corazón hervía por dentro, pero no podía mostrarlo porque sabía lo que me podría pasar.
Las consecuencias por desobedecer órdenes y cuestionar las afirmaciones gubernamentales sobre las protestas han sido muy duras. Ocho desertores han declarado a HRW que han sido testigos de cómo oficiales del Ejército y de la Inteligencia mataban a soldados que rechazaron obedecer sus órdenes.
Bajo el Derecho Internacional, los altos mandos son responsables de los crímenes cometidos por sus subordinados si éstos conocían o deberían haber conocido las violaciones de Derechos Humanos y no investigaron para detenerlas.
HRW alega que dada la naturaleza generalizada de los asesinatos y otro crímenes cometidos en Siria, la cantidad de declaraciones de soldados sobre las órdenes de disparar contra los manifestantes y la extensa documentación de esos abusos recogida por organizaciones locales e internacionales y por los medios; es razonable concluir que, como mínimo, los altos mandos civiles y militares de Siria los conocían.
"Por mucho que aparte su responsabilidad sobre la brutalidad de su Gobierno, las reivindicaciones del presidente Al Assad de no ordenar la represión no le absuelve de la responsabilidad criminal", ha asegurado Neistat.
HRW ha pedido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que remita el caso de Siria al Tribunal Penal Internacional (CPI), porque los crímenes contra la Humanidad se consideran crímenes de jurisdicción universal, todos los Estados son responsables de poner ante la justicia a quienes los cometieron.
HRW pone especial énfasis en Rusia, uno de los pocos Estados que aún apoya al Gobierno sirio, para que acabe el veto sobre una acción contundente del Consejo de Seguridad sobre el país, la suspensión de de todas las ventas militares y asistencia al Gobierno sirio.
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