lunes, 28 de enero de 2013

El Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio respalda la decisión del Gobierno islandés de no devolver el 100% del dinero a la banca anglo-holandesa

LUXEMBURGO.- El Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) acaba de dictaminar que el Gobierno de Reikiavik no violó la ley cuando forzó que 300.000 ahorradores británicos se quedasen sin el dinero que habían depositado en unas entidades que antes de la crisis parecían tan seguras como las de su país.

Tras la bancarrota, ocurrida en 2008 ante el rechazo del Ejecutivo islandés de no rescatar a sus principales entidades, los Gobiernos británicos y holandeses compensaron a los ahorradores con su propio dinero por las pérdidas. No obstante, inmediatamente después iniciaron un proceso legal que este lunes ha acabado su primera etapa.
Según el dictamen de la EFTA, cuya decisión ha sorprendido a muchos analistas, Islandia no actuó en contra de la normativa al tomar la decisión de no pagar a los ahorradores. “Es una satisfacción considerable que la defensa islandesa haya ganado el caso Icesave. El Tribunal de la EFTA hace que esté más cerca el final de una historia muy larga”, ha respondido hoy el Gobierno islandés.
Lo paradójico de este caso es que, pese al apoyo recibido hoy por los tribunales, el Gobierno de Islandia ha acabado por pagar gran parte del dinero que debía al Estado británico. Según portavoces oficiales, Reikiavik ya ha reembolsado casi 3.300 millones de euros de los más de 6.600 depositados en Icesave. La cantidad ya pagada supone más del 90% del mínimo garantizado que el Estado estaba obligado a devolver. Así que, pese al veredicto que hoy llega de Luxemburgo, los contribuyentes islandeses, de una forma u otra, acabarán pagando —tal y como han hecho los españoles e irlandeses— los excesos de sus banqueros.
En contra de las advertencias de Europa y de muchos de sus gobernantes, sus ciudadanos se negaron dos veces en referéndum a compensar a los británicos y holandeses que habían depositado sus ahorros en bancos de la pequeña isla que acabaron quebrados. Ahora, cuatro años después del hundimiento de su sistema bancario, un tribunal de Luxemburgo acaba de dar la razón a los que rechazaron pagar con fondos públicos a los clientes extranjeros de la entidad Icesave.

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