PEKÍN.- El Partido Comunista de China (PCCh) ha
elegido a Xi Jinping como su secretario general, poniendo fin a una
década de mandato del presidente del gigante asiático, Hu Jintao, según
ha informado la agencia de noticias Xinhua.
Xi, tal y como estaba previsto, será la séptima persona en ocupar
el cargo de máximo líder del todopoderoso Comité Central del PCCh y,
según el calendario fijado, el próximo mes de marzo sustituirá también a
Hu como presidente.
Su designación como líder chino se decidió en el 17º Congreso del
PCCh, celebrado en octubre de 2007, cuando fue incluido en el Comité
Permanente del Politburó por delante de los otros ocho miembros,
incluido el actual viceprimer ministro, Li Keqiang.
La ascendente carrera política de Xi ha sorprendido a muchos
dentro del PCCh, porque su admisión en el mayor partido político del
mundo --con 81 millones de militantes-- fue denegada en hasta nueve
ocasiones, aunque finalmente lo consiguió en 1974.
Xi, de 59 años de edad, es uno de los 'príncipes' chinos, como se
conoce a los descendientes de los líderes más destacados del PCCh. El
nuevo secretario general es hijo de Xi Zhongxun, uno de los dirigentes
revolucionarios, aunque fue acusado de deslealtad hacia Mao Tse Tung.
Sin embargo, su escalada de poder ha estado justificada por sus
logros como dirigente en las provincias costeras de Hebei, Fujian y
Zhejiang. Su paso por esta última terminó de catapultarle, porque
consiguió una gran fama por su firme lucha contra la corrupción.
Junto a Xi, otras nueve personas formarán parte del Comité Permanente del Politburó, entre ellas Li Keqiang, Zhang Dejiang, Yu Zhengsheng, Liu Yunshan, Wang Qishan y Zhang Gaoli.
Este selecto grupo se encargará de dirigir y controlar el
funcionamiento del Comité Central, integrado por un total de 205
militantes.
El PCCh también ha elegido este jueves a Wang Qishan como
secretario general de la Comisión Central de Disciplina e Inspección
(CCDI), el órgano encargado de combatir la corrupción interna.
El cargo de Wang ha cobrado especial relevancia en las
circunstancias actuales, ya que en los últimos meses el PCCh se ha visto
azotado por una serie de escándalos de corrupción que, según el propio
Hu, "podrían hacer caer el partido y el Estado".
Uno de los escándalos de corrupción tiene como actor principal a
Bo Xilai, alto dirigente comunista que aspiraba a escalar posiciones en
este congreso, y que ha sido expulsado del partido político por su
implicación en el asesinato de un empresario británico.
A ello hay que sumar las revelaciones del diario estadounidense
'The New York Times', según el cual la familia y los amigos del primer
ministro, Wen Jiabao, han amasado una fortuna de 2.700 millones de
dólares (2.087 millones de euros), oculta en una red empresarial.
Al lado de Wang trabajarán otras 130 personas, que han sido
designadas hoy, tres más que en el último congreso general del partido
político que gobierna el país asiático.
Los nombramientos de este jueves ponen fin al 18º Congreso del
PCCh, que comenzó hace una semana, y cierran, por tanto, un proceso de
renovación de la cúpula política del gigante asiático que tiene lugar
una vez cada diez años.
Durante estos siete días las autoridades chinas han blindado
Pekín, con un gran despliegue de seguridad y con prohibiciones como
bajar las ventanillas de los coches o adiestrar palomas --algo muy
típico en los pekineses-- para evitar el lanzamiento de octavillas.
Además, según han denunciado las organizaciones humanitarias, se
ha aumentado la vigilancia sobre los disidentes, en algunos casos,
obligándoles incluso a abandonar la capital china durante la celebración
del congreso del PCCh.
A pesar de ello, muchos tibetanos han aprovechado el
acontecimiento para hacerse oír, dando lugar a una serie de inmolaciones
--al menos siete-- para protestar por el dominio chino sobre la región
autónoma, de acuerdo con Free Tibet.
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