MADRID.- El director general de la Policía, Ignacio
Cosidó, ha creado un Código Ético para la institución en el que, entre
otras cosas, se insta a los agentes a actuar con independencia del poder
político al tiempo que se les informa de que no habrá sanciones para
quienes desobedezcan órdenes de sus superiores que sean ilegales.
El documento consta de 26 artículos y
será presentado este viernes en la reunión del Consejo de la Policía.
Concretamente en su artículo 18 sobre el "Principio de responsabilidad
personal y discrecionalidad" se establece que "la Policía debe actuar
con la suficiente independencia respecto del poder político conforme a
criterios profesionales y no de mera oportunidad política".
Incluso este Código Ético deja claro que no habría represalias
para aquellos que desobedeciesen órdenes que fuesen ilegales: "cada
policía debe ser personalmente responsable de sus actos, de sus
omisiones y, en su caso, de las órdenes dadas a sus subordinados. No
incurrirá en responsabilidad el policía que incumpla una orden cuyo
contenido sea ilegal".
Insiste en el siguiente artículo sobre los "Principios de
jerarquía, autoridad y subordinación" que "la Policía debe regirse por"
estos principios y que "el personal de Policía debe ejecutar las órdenes
dadas por sus superiores", pero aclara que "ninguna orden cuyo
contenido constituya una infracción penal deberá ser cumplida".
Este documento añade además que "los policías deben ser apoyados
por sus superiores y sus compañeros cuando den cuenta de cualquier acto
de corrupción o violación de los principios éticos profesionales.
Incurrirán en este tipo de actos tanto los que los realicen como los que
los toleren, o los que conociéndolos no actúen para impedirlos o no los
denuncien".
En cuanto a las investigaciones policiales, el Código Ético
recuerda que "se pueden realizar por el mandato y decisión de la
autoridad judicial, por denuncia ciudadana", pero también "por propia
iniciativa policial ante la existencia de sospechas razonables de que
una infracción se ha cometido, se va a cometer, o en prevención de la
misma, actuando siempre según lo previsto por la ley".
"Los policías
serán objetivos e imparciales en las investigaciones", añade.
El documento también establece una serie de normas de actuación de
la Policía especialmente en su relación con los ciudadanos y en cuanto
al uso de la fuerza. Así, indica que "deberán actuar con empatía,
imparcialidad, autocontrol y elegancia, utilizando un lenguaje verbal y
no verbal correcto, comprensible y respetuoso en todas las actuaciones".
"Los policías se abstendrán de cualquier ingesta de alcohol u otro
tipo de sustancias estupefacientes, farmacéuticas o psicotrópicas que
alteren el control de su personalidad o impliquen una reacción
inapropiada para el desarrollo del servicio", dice el texto en el que
también se incluye el rechazo a la tortura entendida "como cualquier
acto violento, físico o psíquico, realizado contra una persona que se
encuentre bajo custodia policial con la finalidad de obtener una
información".
Incide en la cuestión de las identificaciones puntualizando que
"los policías tienen que identificarse en todas sus intervenciones, de
conformidad con los principios de transparencia y legalidad" y reitera
que "el uso de la fuerza es una medida coactiva a la que sólo se puede
recurrir en caso de absoluta necesidad y únicamente en la medida en que
se requiera para conseguir un objetivo legítimo".
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