MADRID.- El expresidente del Gobierno Felipe González
se ha mostrado convencido de que España saldrá de la crisis económica en
la que se encuentra inmersa, si bien ha dicho que no está "seguro" de
que pueda superar la "crisis institucional" que también se ha abierto y
que puede llevar, a su juicio, a una "anarquía disolvente", por lo que
ha instado a las fuerzas políticas a "demostrar a los ciudadanos" que se
puede recuperar el "espíritu de consenso" que imperó en el periodo de
la Transición.
En un almuerzo organizado por la Asociación en Defensa de la
Transición y celebrado en Madrid, González ha advertido de que la crisis
económica ha provocado una "enorme desesperanza" en la población, pero
también una "desafección" hacia la política, con la que ha dicho sentirse
preocupado.
Para el expresidente, el dato de desempleo es una "cifra social"
por lo que supone para la ciudadanía, pero también una "cifra económica"
que pone de manifiesto que "el país ha fracasado" porque "nadie quiere
invertir". Pero ha avisado de que a esta "máquina de destrucción de
clase media" se ha añadido la crisis institucional, que avanza hacia lo
que ha denominado una "anarquía disolvente".
Ante esta situación, González ha señalado que lo que "se puede
sacar de la experiencia vivida" en España durante la transición es el
"espíritu de consenso", algo que, a su juicio, hoy por hoy "se necesita
más que nunca". Y más aún, ha añadido, "cuanto mayor sea la mayoría
absoluta" de la que pueda disponer un partido.
De este modo, ha pedido a todas las fuerzas políticas "que se
pongan las pilas y que espabilen" para buscar acuerdos con el fin de
salir de una crisis que ha calificado como "poliédrica", ya que es tanto
económica, como social o institucional.
Así, ha elogiado la propuesta de acuerdo lanzada esta misma mañana
en el Congreso por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba,
de cara a lograr un gran pacto contra la pobreza y ha censurado la
actitud que ha dicho haber visto en el ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien "se reía a
carcajadas" mientras el líder de la oposición hablaba de este asunto.
En su opinión, los "problemas de desafección ciudadana" por los
que atraviesa el país "no van a desaparecer" por el hecho de "levantar
la bandera independentista o la republicana", ya que considera que "la
gente no se va a olvidar", por ejemplo, de los recortes realizados en
sanidad.
Para el expresidente socialista, uno de los grandes acuerdos a los
que deberían llegar los partidos debería ir orientado a "pensar en
serio" una reforma constitucional para que la Carta Magna se pueda
"adaptar a los nuevos tiempos".
"La Constitución sirve a la realidad, no
la realidad a la Constitución", ha remarcado.
En este sentido, se ha mostrado de acuerdo con la reforma que
propone el PSOE y que está orientada a avanzar hacia un modelo federal
del Estado, pero ha pedido que se haga "con sensatez". No obstante, ha
dicho no estar seguro de que estos cambios puedan "calmar las tensiones
nacionalistas" porque el nacionalismo es un problema que "galopa en toda
Europa".
Así, ha apostado por gobernar "sobre la pluralidad y la
diversidad" y recuperar los consensos para que vuelva el tiempo en el
que "la gente se reconcilió con su pasaporte", en referencia una vez más
a la época de la Transición en España.
En todo caso, lo que considera que habría que "pensar seriamente"
es en eliminar alguno de los niveles administrativos que existen en
España, concretamente las diputaciones provinciales. Eso sí, ha
insistido en hacer "con consenso" cualquier modificación en este
aspecto.
Para el expresidente del Gobierno, otra de las instituciones que
habría que cambiar debería ser la Corona, en el sentido de dotarla de
mayor transparencia o de modificar el artículo de la Constitución que
regula la sucesión a la Corona para que la mujer tenga los mismos
derechos que el hombre. "Pero hay que hacerlo ya", ha comentado.
En cuanto a las políticas económicas que está desarrollando el
Gobierno de Mariano Rajoy y las órdenes que se le dan desde la Unión
Europea, González ha señalado que no ve que estas medidas estén "dando
respuesta" a la situación.
Es más, ha subrayado que ni el Ejecutivo ni Berlín, ya que ha
dicho que las políticas de la UE están impuestas por el Gobierno alemán,
"nos pueden contar el cuento de que el único objetivo es reducir el
déficit". A su juicio, el enfoque de todas estas medidas de contención
del déficit es "desastrosamente malo".
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