jueves, 11 de abril de 2013

Felipe González: La"crisis institucional" puede derivar en "anarquía disolvente"

MADRID.- El expresidente del Gobierno Felipe González se ha mostrado convencido de que España saldrá de la crisis económica en la que se encuentra inmersa, si bien ha dicho que no está "seguro" de que pueda superar la "crisis institucional" que también se ha abierto y que puede llevar, a su juicio, a una "anarquía disolvente", por lo que ha instado a las fuerzas políticas a "demostrar a los ciudadanos" que se puede recuperar el "espíritu de consenso" que imperó en el periodo de la Transición.

   En un almuerzo organizado por la Asociación en Defensa de la Transición y celebrado en Madrid, González ha advertido de que la crisis económica ha provocado una "enorme desesperanza" en la población, pero también una "desafección" hacia la política, con la que ha dicho sentirse preocupado.
   Para el expresidente, el dato de desempleo es una "cifra social" por lo que supone para la ciudadanía, pero también una "cifra económica" que pone de manifiesto que "el país ha fracasado" porque "nadie quiere invertir". Pero ha avisado de que a esta "máquina de destrucción de clase media" se ha añadido la crisis institucional, que avanza hacia lo que ha denominado una "anarquía disolvente".
   Ante esta situación, González ha señalado que lo que "se puede sacar de la experiencia vivida" en España durante la transición es el "espíritu de consenso", algo que, a su juicio, hoy por hoy "se necesita más que nunca". Y más aún, ha añadido, "cuanto mayor sea la mayoría absoluta" de la que pueda disponer un partido.
   De este modo, ha pedido a todas las fuerzas políticas "que se pongan las pilas y que espabilen" para buscar acuerdos con el fin de salir de una crisis que ha calificado como "poliédrica", ya que es tanto económica, como social o institucional.
   Así, ha elogiado la propuesta de acuerdo lanzada esta misma mañana en el Congreso por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de cara a lograr un gran pacto contra la pobreza y ha censurado la actitud que ha dicho haber visto en el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien "se reía a carcajadas" mientras el líder de la oposición hablaba de este asunto.
   En su opinión, los "problemas de desafección ciudadana" por los que atraviesa el país "no van a desaparecer" por el hecho de "levantar la bandera independentista o la republicana", ya que considera que "la gente no se va a olvidar", por ejemplo, de los recortes realizados en sanidad.
   Para el expresidente socialista, uno de los grandes acuerdos a los que deberían llegar los partidos debería ir orientado a "pensar en serio" una reforma constitucional para que la Carta Magna se pueda "adaptar a los nuevos tiempos".
 "La Constitución sirve a la realidad, no la realidad a la Constitución", ha remarcado.
   En este sentido, se ha mostrado de acuerdo con la reforma que propone el PSOE y que está orientada a avanzar hacia un modelo federal del Estado, pero ha pedido que se haga "con sensatez". No obstante, ha dicho no estar seguro de que estos cambios puedan "calmar las tensiones nacionalistas" porque el nacionalismo es un problema que "galopa en toda Europa".
   Así, ha apostado por gobernar "sobre la pluralidad y la diversidad" y recuperar los consensos para que vuelva el tiempo en el que "la gente se reconcilió con su pasaporte", en referencia una vez más a la época de la Transición en España.
   En todo caso, lo que considera que habría que "pensar seriamente" es en eliminar alguno de los niveles administrativos que existen en España, concretamente las diputaciones provinciales. Eso sí, ha insistido en hacer "con consenso" cualquier modificación en este aspecto.
   Para el expresidente del Gobierno, otra de las instituciones que habría que cambiar debería ser la Corona, en el sentido de dotarla de mayor transparencia o de modificar el artículo de la Constitución que regula la sucesión a la Corona para que la mujer tenga los mismos derechos que el hombre. "Pero hay que hacerlo ya", ha comentado.
   En cuanto a las políticas económicas que está desarrollando el Gobierno de Mariano Rajoy y las órdenes que se le dan desde la Unión Europea, González ha señalado que no ve que estas medidas estén "dando respuesta" a la situación.
   Es más, ha subrayado que ni el Ejecutivo ni Berlín, ya que ha dicho que las políticas de la UE están impuestas por el Gobierno alemán, "nos pueden contar el cuento de que el único objetivo es reducir el déficit". A su juicio, el enfoque de todas estas medidas de contención del déficit es "desastrosamente malo".

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